La microbiota intestinal, un aliado clave para el envejecimiento saludable

Este aspecto se presenta como crucial y podría ser fundamental para una vida más longeva y activa, según las últimas investigaciones científicas

La microbiota intestinal, compuesta por bacterias, hongos y virus que habitan en el intestino, no solo desempeña un rol crucial en la digestión, también lo hace en el bienestar general del organismo.

La doctora Consuelo Borrás, profesora titular de fisiología en la Universitat de València, enfatiza que el secreto para una vejez saludable no consiste en detener su avance, sino en incorporar rutinas que promuevan un desarrollo vital dinámico y equilibrado. En este sentido, la salud intestinal se erige como un elemento esencial, con la capacidad de impactar incluso en los procesos de envejecimiento.

Durante años, la microbiota intestinal fue considerada simplemente como un conjunto de microorganismos que ayudan en la digestión de los alimentos. Sin embargo, estudios recientes revelaron que tiene un impacto mucho más amplio en la salud, influenciando desde el metabolismo hasta la función cognitiva.

En particular, su relación con el envejecimiento está siendo cada vez más explorada, se cree que una microbiota diversa y equilibrada podría ser la clave para una vida más longeva y activa.

Microbiota y envejecimiento: una relación creciente

La microbiota no es un fenómeno reciente, sino que comienza a formarse incluso antes del nacimiento, cuando los microorganismos del ambiente uterino de la madre empiezan a colonizar al bebé.

Según la Dra. Borrás, durante la infancia, la diversidad microbiana en el cuerpo se expande, favorecida por el contacto con los padres, la alimentación y el entorno. A lo largo de la vida, la diversidad de microorganismos se mantiene hasta que factores como la dieta, los antibióticos y otras experiencias vitales van reduciendo esta variedad.

De acuerdo con varios estudios internacionales citados por la especialista, la disminución de la diversidad microbiana está vinculada con problemas de salud, particularmente con enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento.

Durante la infancia, el contacto con el entorno familiar y una dieta rica en nutrientes contribuyen a la expansión de la microbiota intestinal, lo que es crucial para la metabolización de los alimentos. Este proceso permite la producción de vitaminas, proteínas y minerales esenciales para el organismo.

Sin embargo, con el paso de los años y bajo el impacto de factores como el consumo de medicamentos y cambios en los hábitos alimenticios, la diversidad microbiana tiende a reducirse, lo que, según diversos estudios, podría poner en riesgo la salud.

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