La CDU/CSU gana, el SPD sufre su peor derrota histórica y AfD duplica su apoyo, marcando un nuevo rumbo político en el país.
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Las elecciones federales en Alemania han confirmado las tendencias esperadas y han dejado claro un cambio significativo en el panorama político del país. La coalición conservadora CDU/CSU, liderada por Friedrich Merz, se consolidó como la fuerza más votada, lo que lo posiciona como el principal candidato para formar el próximo gobierno. Con un total de 328 escaños, la CDU/CSU se encuentra en una posición favorable para formar una gran coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD), que pese a su desplome sigue siendo un actor clave en el escenario político.
El ascenso de la extrema derecha, con Alternativa por Alemania (AfD) duplicando su respaldo y alcanzando el 20% de los votos, ha sido otro de los grandes resultados de estos comicios. Esta ola de apoyo a AfD ha marcado un giro hacia la derecha en la política alemana, pues la combinación de CDU/CSU y AfD pasó del 35% al 49% en tan solo cuatro años. Este fuerte aumento refleja el creciente descontento con el gobierno del canciller Olaf Scholz, cuyas políticas económicas y la crisis inflacionaria jugaron un papel determinante en la derrota histórica del SPD, que cayó al 16%, su peor resultado desde 1919.
La división geográfica del país fue otra característica destacada de estas elecciones. En Baviera, la CSU logró un 37% de los votos, mientras que en el Este de Alemania, la AfD dominó con más del 35%. Por otro lado, las principales ciudades se mantuvieron más fieles a los socialdemócratas y los Verdes, lo que refleja una polarización en el voto que también se manifestó en la fragmentación del electorado.
AfD logró atraer a votantes de todos los sectores, beneficiándose de la fuga de apoyos tanto de la CDU/CSU como del SPD. Según encuestas, un 19% de los votantes de la CDU/CSU y un 9% de los votantes del SPD se dirigieron hacia el partido de extrema derecha, que ahora tiene un perfil electoral más consolidado, especialmente entre los hombres y las personas con menos nivel educativo.
El alto nivel de participación electoral, que superó el 80%, refleja el gran interés que generó esta elección, que marcará el futuro político del país. Los resultados también confirman que Alemania, como se ha venido haciendo desde la posguerra, continuará con gobiernos de coalición. La única excepción en la historia reciente fue el gobierno de Konrad Adenauer en los años 50, pero los nuevos resultados evidencian una creciente fragmentación política.
En resumen, el nuevo Bundestag refleja un claro desplazamiento hacia la derecha, con la CDU/CSU y AfD tomando un control significativo sobre el electorado. Esta recomposición del panorama político alemán es el preludio de una nueva era en la política del país y podría tener repercusiones en la política de la Unión Europea y en su relación con los demás países del continente.