La agencia Fitch prevé que la creciente demanda de energía y la limitada producción interna de gas impulsarán las importaciones de gas natural de EU, exponiendo a México a riesgos de volatilidad cambiaria y posibles interrupciones en el suministro.
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La agencia Fitch Ratings advirtió que la dependencia de México del gas natural proveniente de Estados Unidos aumentará en los próximos años, debido a una mayor demanda energética, una producción interna limitada y la expansión de la infraestructura de gasoductos. Actualmente, alrededor del 70% de las importaciones de gas de México provienen de EU, y la agencia anticipa que este porcentaje se incrementará en el futuro.
Aunque Fitch destacó que el gas estadounidense representa una fuente de energía confiable y asequible para México, también advirtió sobre los riesgos asociados, como la volatilidad del tipo de cambio y las interrupciones en el suministro. La dependencia creciente de este recurso coloca al país ante posibles efectos negativos, especialmente si se presentan fluctuaciones abruptas en los precios del gas.
Según el análisis, los proyectos de infraestructura, como la expansión de gasoductos y la mayor utilización de capacidad existente, permitirán que más gas estadounidense abastezca la creciente demanda de energía en el país. Sin embargo, Fitch también señaló que las tensiones comerciales, exacerbadas por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, aumentan la incertidumbre sobre las relaciones bilaterales entre ambos países.
A pesar de las tensiones, la agencia calificadora considera que los riesgos derivados de políticas comerciales sobre el gas son menores por el momento. No obstante, un aumento repentino en los precios del gas tendría repercusiones, principalmente para la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que podría verse obligada a absorber los costos adicionales, lo que afectaría las tarifas para los consumidores, especialmente los más vulnerables.
Fitch también prevé que el crecimiento de la demanda de gas natural se mantendrá en los próximos años, impulsado por nuevos proyectos de generación de energía, como las centrales de ciclo combinado en la Península de Yucatán y el desarrollo de gasoductos, como el Perta al Sureste, que promete mejorar la conectividad energética en el país.
Finalmente, aunque Petróleos Mexicanos (Pemex) sigue siendo el principal productor de gas en México, sus metas de producción no han sido alcanzadas, y la compañía ha experimentado una disminución constante en la producción de gas desde 2010, lo que resalta aún más la necesidad de importaciones para satisfacer la demanda interna.