Se limitarán a cumplir con sus aportaciones, sin pedir transparencia al patronato, señalan Enrique Galindo y Juan Manuel Navarro
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Los alcaldes del Ayuntamiento de la Capital, Enrique Galindo Ceballos, y Juan Manuel Navarro Muñiz, de Soledad de Graciano Sánchez, se pronunciaron al margen de la situación interna que atraviesa el Cuerpo de Bomberos, refiriendo ambos que no pedirán transparencia al patronato sobre las aportaciones que destinan a la corporación.
“Yo respeto la administración interna de los bomberos, de la mesa directiva, del comandante Benavente y del patronato. La verdad es que como lo administren internamente ya es un asunto de ellos. Yo creo que yo no me debería de meter. Yo sigo haciendo mi aportación, yo quiero decir, soy el municipio que más aporta a los bomberos, 800 mil pesos mensuales”, declaró Galindo sobre el tema.
Por su parte, el alcalde de Soledad de Graciano Sánchez, Juan Manuel Navarro Muñiz, señaló: “Híjole, la verdad yo ahí sí me abstengo de comentar, respeto mucho al interior del Cuerpo de Bomberos, respeto mucho a las personas que lo dirigen y ahí sí me abstengo”.
Lo anterior luego de que la Mesa Directiva del Cuerpo de Bomberos denunciara una serie de omisiones por parte del patronato, al no tener claridad de la manera en que son aplicados los recursos destinados a la corporación, lamentando así las condiciones de riesgo en las que trabajan al no contar con el equipo necesario para maniobrar, arriesgando su vida a falta de seguro y un sueldo digno.
Francisco Portillo Fuentes, presidente de la Mesa Directiva, dijo que, luego de seis meses del paro simbólico en el que exigieron mejores condiciones para su profesión, solo han conseguido, hasta el día de hoy, un precario aumento a su salario, del que fueron notificados hace 15 días por el presidente del patronato. Este aumento obedeció a un alza mínima de 34 pesos, equivalente al 5 por ciento de su paga actual, lo que han lamentado.
Reiteraron que el patronato es omiso a las condiciones en las que se encuentran, además de que no hay una comunicación estrecha desde este con el Cuerpo de Bomberos y a las solicitudes, pues la respuesta frecuente hacia la corporación es la falta de recursos, pese a las donaciones que se han hecho públicas.
Manifestaron que, en la atención del último incendio, el equipo con el que contaban era deficiente, pues muchos de sus uniformes se encuentran en las peores condiciones, desgarrados, rotos e incluso contaminados al tener años sin cambiarse, lo que temen pueda afectar su salud a largo plazo: “Para ellos es lo que valemos, es lo que vale nuestra profesión”, expusieron.