La ESA y la NASA vigilan de cerca al asteroide, que podría impactar la Tierra en 2032 con una probabilidad del 3.1%
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La Agencia Espacial Europea (ESA) ha informado que el asteroide 2024 YR4 ha alcanzado una probabilidad de impacto del 2.8% con la Tierra el 22 de diciembre de 2032, la cifra más alta registrada para un cuerpo celeste de más de 30 metros. Paralelamente, la NASA ha elevado su estimación al 3.1%, lo que convierte a este asteroide en el más preocupante dentro de su categoría.
El aumento en la probabilidad de impacto es un fenómeno esperado a medida que los astrónomos afinan los cálculos de su órbita, explicó Juan Luis Cano, coordinador del servicio de información de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA.
“A medida que obtenemos más datos, la incertidumbre se reduce, lo que provoca un aumento temporal del riesgo antes de que empiece a disminuir”, indicó Cano. “En los próximos días podría aumentar aún más antes de caer rápidamente a cero”, añadió, enfatizando que todavía hay un 97% de probabilidad de que no impacte en la Tierra.
Con un diámetro estimado de 40 a 90 metros, 2024 YR4 ha superado el récord de probabilidad de impacto de Apophis, un asteroide descubierto en 2004 cuyo riesgo alcanzó el 2.7% antes de reducirse a cero.
En la Escala de Turín, que mide el riesgo de impacto de asteroides en una escala del 0 al 10, 2024 YR4 ha alcanzado un nivel 3, lo que significa que merece un seguimiento detallado. Debido a su tamaño y la probabilidad de impacto superior al 1% dentro de los próximos 50 años, el asteroide ha activado los protocolos de alerta de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), ambos respaldados por la ONU.
La IAWN se reúne semanalmente para analizar el comportamiento del asteroide, mientras que el SMPAG evaluará en mayo de 2025 todas las observaciones recopiladas.
Actualmente, 2024 YR4 se aleja de la Tierra en línea recta, por lo que en unos meses quedará fuera del alcance de los telescopios terrestres. A partir de ese momento, la responsabilidad de su monitoreo recaerá en el telescopio espacial James Webb.
El asteroide tendrá un nuevo paso cercano a la Tierra en diciembre de 2028, aunque podrá observarse desde primavera de ese año. Ese será el momento clave para definir de manera definitiva su trayectoria y descartar cualquier riesgo real de impacto en 2032.