Los microbios genitales dejan rastro y podrían ayudar a identificar a agresores sexuales

El experimento alumbra el potencial de esta vía en investigación criminal

Cada contacto deja un rastro. Esa es la máxima de las ciencias forenses y a ese principio se agarra la criminalística para desentrañar las circunstancias de cualquier fechoría. Siempre que hay un encuentro, hay un intercambio de material físico y biológico —todo el mundo deja alguna huella en la escena del crimen y se lleva algo de ella— y para los investigadores es clave dar con esas trazas.

A veces, es ADN en algún fluido, o pelo, o fibras de la ropa, por ejemplo. Y ahora, una investigación apunta a que también los microbios genitales pueden llegar a ser un vestigio fundamental: en un artículo publicado este miércoles en la revista iScience, un grupo de científicos australianos ha revelado que las especies bacterianas presentes en los genitales se transfieren entre individuos durante las relaciones sexuales.

Los autores plantean que esa firma microbiana podría ayudar a identificar a agresores sexuales, por ejemplo, cuando no se encuentra ADN humano. Poco se sabía hasta ahora sobre el potencial del microbioma genital en el contexto de las ciencias forenses, admite Brendan Chapman, investigador de la Universidad Murdoch (Australia) y supervisor principal de la investigación de doctorado de Ruby Dixon, autora principal del artículo.

“Publicamos el primer estudio en 2023 que demostró la alteración del sexoma [el ecosistema microbiano que puebla los órganos genitales] después de las relaciones sexuales y ahora estamos reforzando esos hallazgos con este nuevo estudio que ha demostrado firmas únicas que podemos detectar en las parejas después del sexo”, explica el científico en una respuesta por correo electrónico.

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