Cientos de personas visitaron su tumba en Moscú para recordar al líder opositor ruso, entre mensajes de apoyo y vigilancia policial.
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Cientos de moscovitas acudieron este domingo al cementerio Borísovski de Moscú para rendir tributo a la memoria del líder opositor Alexéi Navalni en el primer aniversario de su muerte en una prisión ártica.
Desde las primeras horas de la mañana, la tumba del político se llenó de flores y mensajes de sus seguidores, quienes desafiaron el frío de casi 10 grados bajo cero para recordar a Navalni. “Es una pérdida irreparable. Ojalá tuviera un hijo como él”, comentó un pensionista ruso tras rendir homenaje.
Entre los mensajes que acompañaban la tumba, destacaban frases como: “El tiempo no cura las heridas, te echamos de menos” y “No ha muerto, lo asesinaron”, reflejando el sentimiento de sus simpatizantes, quienes continúan viendo en él un símbolo de resistencia contra el Kremlin.
Pese a la presencia de un gran número de policías en los alrededores del cementerio, la conmemoración transcurrió sin incidentes.
La viuda del opositor, Yulia Naválnaya, se pronunció en un video difundido este domingo, asegurando que Navalni “continúa su lucha contra el Kremlin” a través de sus ideas, que siguen vivas y son citadas por políticos y personalidades en todo el mundo. “El dolor que sentimos nos ha hecho más fuertes y este año ha demostrado que somos más fuertes de lo que pensamos”, afirmó.
Navalni falleció el 16 de febrero de 2024 en la penitenciaría IK-3, en la localidad ártica de Jarp. Su muerte sigue siendo motivo de controversia: mientras las autoridades rusas afirman que murió por causas naturales debido a una arritmia, sus seguidores y gobiernos occidentales acusan directamente al presidente Vladímir Putin de estar detrás de su deceso.
Putin, por su parte, ha defendido que había autorizado un canje para liberar a Navalni, pero que este falleció antes de que pudiera concretarse.
A un año de su muerte, el recuerdo de Alexéi Navalni sigue movilizando a sus seguidores dentro y fuera de Rusia, quienes lo ven como un símbolo de la lucha por el cambio democrático en el país.