Barrio de Tequisquiapan

El Barrio de Tequisquiapan, uno de los ocho barrios originarios de la ciudad de San Luis Potosí, ha sido testigo de transformaciones y momentos históricos que lo han hecho un lugar único y significativo para los potosinos.

El Barrio de Tequisquiapan, ubicado en San Luis Potosí, se distingue no solo por su historia, sino también por su rica tradición. Este 15 de septiembre, como parte de las festividades en honor a la Virgen de los Dolores, los habitantes celebran con un programa religioso y festivo, que incluye las mañanitas, misas y una kermés llena de antojitos, comida, juegos mecánicos y fuegos artificiales. Esta fiesta es una de las más emblemáticas para los potosinos, reforzando la identidad y el arraigo de este histórico barrio.

Tequisquiapan no solo es conocido por su vibrante cultura y tradiciones, sino también por su relevante historia. En tiempos prehispánicos, el jardín de Tequisquiapan fue el centro de la población guachichil, antes de la llegada de los españoles y los tlaxcaltecas en 1597, quienes fundaron el pueblo de Tequisquiapan. A finales del siglo XVI, la zona era reconocida por su fertilidad y abundancia de agua, convirtiéndose en un centro clave para la producción de hortalizas.

Con el paso del tiempo, Tequisquiapan se transformó en una zona de recreación y descanso para las familias que habitaban las quintas cercanas. El barrio fue considerado uno de los más finos de la capital potosina, destacando por sus imponentes casonas porfirianas, de las cuales muchas han desaparecido, salvo algunas excepciones como el Museo Francisco Cossío. En 1891, un grupo de arquitectos, entre los que se encontraba el futuro gobernador Blas Escontría y Bustamante, fueron encargados de mejorar tres plazas de la ciudad, incluyendo la de Tequisquiapan.

En 1902, se erigió un monumento a José María Morelos en la esquina suroriente del jardín, en lo que actualmente es la Avenida Venustiano Carranza y la calle Mariano Ávila. El jardín pasó a llamarse oficialmente “Jardín Morelos”. Sin embargo, el monumento fue retirado en los años 1920. En 1948, se erigió el Monumento a la Madre, una escultura traída desde Italia y hecha de cantera y mármol blanco, obra de los hermanos Biagi. Hoy en día, en el jardín se pueden disfrutar diversos antojitos como algodón de azúcar, camotes, tacos y elotes, lo que mantiene vivo el espíritu festivo del barrio.

La Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios

La Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios es otro de los íconos más representativos del barrio. Después de la fundación del pueblo de Tequisquiapan, la Orden Franciscana construyó una ermita dedicada a Santa Ana con el propósito de evangelizar a la población guachichil. La capilla se encontraba al sur de la actual iglesia, sobre la Avenida Venustiano Carranza.

En 1819, se decidió reemplazar la ermita con una nueva iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Dolores. La construcción de la iglesia duró casi una década, pero debido a la Revolución Mexicana, el gobernador Eulalio Gutiérrez Ortiz ordenó su demolición para permitir la expansión de la Avenida Venustiano Carranza, lo que llevó a que la iglesia fuera derribada y que, por 35 años, los vecinos del barrio celebraran sus rituales religiosos cerca del jardín. En octubre de 1921, el doctor Juan H. Sánchez exigió al ayuntamiento la construcción de un nuevo templo. Fue hasta 1946 que se aprobó la construcción del templo y se puso la primera piedra. El arquitecto Enrique del Moral fue encargado de diseñar el nuevo templo, que tiene una planta de cruz latina, una torre, una cúpula, una bóveda y una fachada sencilla, elementos que han hecho de esta iglesia un referente de la arquitectura religiosa en la ciudad.

Entre mansiones y tranvías

El Barrio de Tequisquiapan también se destacó por ser un lugar donde vivieron grandes personajes históricos y potosinos ilustres, como Juan de Oñate y Salvador Nava Martínez. A lo largo de la Avenida Centenario, hoy conocida como Venustiano Carranza, se erigieron mansiones como la Casa Francisco Coghland, la Quinta Vistahermosa de los Meade y la Quinta Muriel. Además, el barrio contaba con una línea de tranvía que se distinguía por sus góndolas elegantes, primero jaladas por caballos y luego de forma eléctrica, superior a las demás líneas de la ciudad.

Transformación y modernización del barrio

Con el paso del tiempo, muchas de las mansiones y casonas originales han desaparecido o han sido adaptadas para fines comerciales, como restaurantes, bares y oficinas. Sin embargo, el barrio sigue siendo un referente cultural y un punto de encuentro para quienes buscan conocer la historia y la esencia de San Luis Potosí.

En 1947, con la construcción del Hospital Central, se dio inicio a la modernización del jardín de Tequisquiapan, lo que incluyó la erigición del Monumento a la Madre en 1948, una escultura realizada en piedra y mármol blanco, obra de los Hermanos Biagi.

Aunque muchas de las estructuras históricas ya no existen, Tequisquiapan sigue siendo un lugar que conserva su espíritu, donde tradición, historia y modernidad coexisten. Este barrio no solo forma parte de la identidad de San Luis Potosí, sino que es un testimonio vivo de los cambios que ha experimentado la ciudad a lo largo de los años.

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