Aquilatar a la Presidenta después del episodio de los aranceles

“Examinar y apreciar con rigor el mérito de alguien o el mérito o verdad de algo” es lo que el Diccionario de la Real Academia Española nos dice que significa la palabra aquilatar. Por ello, aquilatar el gran logro alcanzado por nuestra Presidenta de la República frente al primer encuentro político-diplomático con el Presidente de la primera potencia mundial que es Estados Unidos de América, es muy importante. Revivir las horas de alta tensión de hace apenas una semana con la amenaza de la imposición de aranceles a los productos que México exporta a ese país y tener este episodio presente durante todo el sexenio del mandato de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo es será fundamental. Recordar el posicionamiento político amenazante, que parecía inquebrantable, y que con tremenda contundencia retórica esgrimía el poderosísimo Donald Trump anunciando la inminencia de las medidas que sin duda hubieran dañado catastróficamente la economía de ambas naciones, resulta relevante no solo para entender la complejidad del contexto sino porque de repente nuestra memoria es frágil y se nos olvida la gravedad de lo acontecido y tendemos a ningunear o tergiversar las cosas y se nos olvida la complejidad del contexto vivido; y, no pocas veces, en la política solemos demeritar los logros alcanzados por otros. Es importante decir y escribir esto ahora porque no se trata de proferir halagos serviles al poder (que mucho se acostumbran y han dañado también a la actividad política de todos los tiempos y en todos lados) sino de dimensionar lo que apenas acaba de pasar y entender lo que nos toca hacer a todos y a cada uno de nosotros desde la trinchera donde nos encontremos o donde estemos, ya sea en las actividades públicas o privadas, o ya sea que vivamos en territorio mexicano o norteamericano porque los logros de Claudia Sheinbaum y de su equipo son los logros de México y de los mexicanos.

Es importante señalar que fue la primera gran prueba del sexenio que le toca lidiar a nuestra Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, y de la cual logró salir exitosa y evitar una crisis económica; pero aún más, es necesario saber que la Presidenta sentó las bases de lo que será un nuevo entendimiento bilateral partiendo del respeto, la colaboración, los argumentos y las razones que (hasta donde vamos) serán los términos de la negociación con el nuevo gobierno norteamericano. Más allá de la crítica de los opositores y de los agoreros del fracaso permanente que nunca faltan, lo cierto, lo real, lo verdadero, es que la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo actuó como verdadera Jefa de Estado con templanza, mesura, inteligencia y altura política en una circunstancia muy complicada, frente a un perfil volátil, impulsivo, agresivo y temerario como lo es Donald Trump.

Marcelo Ebrard Casaubon, Secretario de Economía, al felicitar a la Presidenta por el resultado de su negociación con Donald Trump, lo calificó con razón como un hecho insólito; es decir, como un hecho no acostumbrado, inaudito, que llama la atención y no pasa desapercibido. Ya pasó el momento álgido y de alto riesgo para México. Claudia Sheinbaum cumple lo pactado con Donald Trump y por tanto el tema arancelario como instrumento de presión -aunque siempre estará latente- disminuye su peso y es un factor que tenemos que aprovechar para diseñar y operar nuestra estrategia ya en esta etapa que se antoja de construcción de acuerdos en todos los frentes (con prioridad en seguridad, migración y comercio) y que debe apuntar a la integración de América del Norte. En este sentido, debemos maximizar nuestras fortalezas y una de las partes torales están, sin duda, en la comunidad mexicana y mexicanoamericana que vive del otro lado de la frontera norte. Según la fuente Statista 2025(basado en el Selig Center forEconomicGrowth, Terry Collegeof Business, TheUniversityof Georgia y el American CommunitySurvey, U.S. Census Bureau) la comunidad hispana que vive en Estados Unidos son 65.1 millones de personas (19% del total nacional); 38 millones (58.32%) son de origen mexicano; 39 millones de hispanos tienen 34 años o menos y; el poder adquisitivo de los hispanos actualmente es de 2.1 billones de dólares anuales.

La comunidad hispana y la de origen mexicano no son solo segmentos demográficos clave, sino una fuerza dinámica que debemos sumar para lograr una integración plena y eficaz. El reto está en saberle llegar y comunicarnos con esa comunidad y generar confianza; el reto está en hacerlos parte de un destino común fincado en valores comunes. Es en esa tarea en la que todos debemos apoyar a nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum.

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