Flaco sigue vivo en la memoria de Nueva York y ahora tiene su lugar en la historia de la ciudad. La exposición estará abierta hasta el 6 de julio en la Sociedad Histórica de Nueva York.
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Un año después de su trágica muerte, el búho Flaco, que escapó del zoológico de Nueva York y se convirtió en un símbolo de libertad en Central Park, es ahora el protagonista de una exposición en la Sociedad Histórica de Nueva York.
La muestra, titulada “The Year of Flaco” (El año de Flaco), reúne fotos, videos, peluches, velas, dibujos y cartas dejadas por sus seguidores, reflejando el impacto que este búho real euroasiático tuvo en la ciudad.
Flaco vivió más de una década en cautiverio en el Zoológico del Bronx, pero el 2 de febrero de 2023, alguien cortó la malla de su recinto, dándole la libertad.
Confundido y sin experiencia como volador, apareció en la acera de la Quinta Avenida y la calle 60, rodeado de curiosos y policías. Contra todo pronóstico, logró adaptarse a la vida salvaje en la ciudad, estableciéndose en Central Park y convirtiéndose en una sensación mediática.
Los fotógrafos y observadores de aves se dedicaron a seguirlo, las redes sociales registraban sus movimientos, y pronto Flaco se convirtió en símbolo de resiliencia y libertad para muchos neoyorquinos.
Las principales imagenes del Búno; Flaco con una rata entre sus garras, Flaco posando sobre un tanque de agua con el cielo estrellado, como un superhéroe; la última foto antes de su muerte, con un gato observándolo desde una ventana.
El 23 de febrero de 2024, Flaco murió tras chocar contra un edificio en la calle 89. Una autopsia reveló altos niveles de veneno para ratas y virus de palomas en su organismo, lo que pudo haber afectado su orientación y vuelo.
Su muerte impulsó nuevas regulaciones en Nueva York para la protección de aves, incluyendo restricciones en el uso de veneno para ratas.
En Central Park, los neoyorquinos dejaron cartas de despedida a los pies de su roble favorito. Historias de personas que encontraron en Flaco esperanza y fortaleza en momentos difíciles, desde pacientes con cáncer hasta personas en depresión, convirtieron su historia en algo más grande que él mismo.