El presidente de EE.UU., Donald Trump, propuso tomar el control de la Franja de Gaza y reconstruirla como una nueva “Riviera de Oriente Medio”, generando un rechazo inmediato y casi unánime de la comunidad internacional.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, hizo una controvertida propuesta este martes en la que sugirió que Estados Unidos tomara el control de la Franja de Gaza para reconstruirla y convertirla en una nueva “Riviera de Oriente Medio”, promoviendo el reasentamiento permanente de los palestinos en otros países. Durante una rueda de prensa con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, Trump declaró: “No quiero ser un gracioso ni un listillo, pero la Riviera de Oriente Medio… Esto podría ser tan magnífico”. Añadió que sería responsabilidad de Estados Unidos desmantelar las bombas sin explotar, nivelar el terreno y allanar la zona para impulsar el desarrollo económico, con la esperanza de crear una cantidad ilimitada de empleos y viviendas.
La propuesta fue rápidamente rechazada por diversos actores internacionales, a excepción de Israel. Los miembros del grupo islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, calificaron la iniciativa como “racista” y como un intento de “liquidar” la causa palestina. “No permitiremos que los derechos de nuestro pueblo sean violados”, expresó el portavoz de Hamás, Abdul Latif al Qanou.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, también rechazó el plan, insistiendo en que los palestinos no aceptarían ser desplazados y continuarían luchando por sus derechos.
Desde fuera de la región, países como Australia, Arabia Saudita y Turquía condenaron la propuesta, subrayando la necesidad de una solución de dos Estados, con Jerusalén Este como la capital palestina. En tanto, Egipto abogó por la reconstrucción de Gaza sin que los palestinos abandonen la franja, mientras que China y España también se opusieron firmemente, destacando que Gaza debe seguir siendo parte del futuro Estado palestino.
Rusia, por su parte, no criticó directamente la propuesta, pero se limitó a aclarar que seguía de cerca la situación y las reacciones de países como Egipto y Jordania, que han rechazado la iniciativa.
Con este plan, Trump busca una solución que algunos consideran agresiva y contraria a los derechos fundamentales de los palestinos, mientras que otros lo ven como un intento de reconfigurar la región de acuerdo con los intereses de EE.UU. y sus aliados.
