La extrema derecha alemana crece en las encuestas y aprovecha el respaldo de figuras como Elon Musk y Donald Trump en su campaña electoral, mientras busca reformar la política migratoria y desafiar el establishment político.
La Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha, se encuentra en ascenso a nivel político, con la posibilidad de convertirse en la segunda fuerza política más grande del país en las próximas elecciones, previstas para finales de este mes. Este crecimiento ha sido impulsado por su retórica populista, centrada en temas como la inmigración y el nacionalismo, pero también ha recibido un apoyo significativo de figuras internacionales, entre ellas Elon Musk y Donald Trump, lo que ha generado controversia y debate tanto en Alemania como en el ámbito global.
En un evento reciente en Halle, Maximilian Krah, uno de los principales miembros de la AfD, hizo comentarios que no pasaron desapercibidos, al cuestionar a sus seguidores sobre qué lado político consideraban más atractivo: el representado por el canciller Olaf Scholz, o el del expresidente estadounidense Donald Trump y el multimillonario Elon Musk. En un gesto inesperado, Musk apareció virtualmente en el mitin, elogiando a la AfD como “la mejor esperanza” para Alemania y destacando la importancia de mantener la cultura y los valores alemanes frente al multiculturalismo.
El apoyo de Musk a la AfD se ha convertido en un tema de controversia. El multimillonario ha declarado en varias ocasiones que Alemania debe dejar atrás el “enfoque en la culpa” por su pasado nazi, algo que coincide con la postura de la AfD de que el país no debe seguir expiando los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Estas declaraciones, especialmente en el contexto de las conmemoraciones del 80º aniversario de la liberación de Auschwitz, generaron el rechazo del canciller Olaf Scholz, quien calificó las palabras de Musk de “repugnantes”.
La AfD, que actualmente tiene un 21% de apoyo en las encuestas, se encuentra en una posición inusual para un partido de extrema derecha, con la posibilidad de influir en la política alemana de manera significativa. Sin embargo, su camino hacia el gobierno está bloqueado por un acuerdo entre los principales partidos del país para no formar coaliciones con la AfD, conocido como el “cortafuegos”.
A pesar de esto, la influencia de la AfD en la política alemana está aumentando, especialmente en lo que respecta a la política migratoria. Recientemente, un proyecto de ley sobre inmigración que fue encabezado por el favorito para canciller, Friedrich Merz de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), fracasó en el Bundestag. Este revés fue interpretado como una victoria para la AfD y como una señal de su creciente poder político.
El partido ha aprovechado la atención de figuras internacionales como Musk y Trump para reforzar su imagen y normalizar su presencia en el escenario político alemán. En este sentido, el investigador Matthais Quent ha señalado que la AfD está utilizando el apoyo de Musk y Trump para posicionarse como un partido legítimo en un momento de incertidumbre económica y social tanto en Alemania como en el resto de Europa.
A medida que se acercan las elecciones, la AfD continuará aprovechando el descontento popular y su retórica antiinmigrante, mientras las críticas sobre su vinculación con figuras internacionales de la derecha populista seguirán generando debate. Lo que está claro es que la influencia de la extrema derecha alemana está en aumento, y su impacto en el futuro político del país podría ser significativo.