Tras la colisión entre un helicóptero militar y un avión comercial sobre el río Potomac, equipos de rescate han recuperado decenas de cuerpos, pero aún buscan a 14 desaparecidos.
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Los equipos de rescate continúan buscando a 14 personas desaparecidas tras el trágico accidente aéreo ocurrido la noche del miércoles en Washington D.C., cuando un helicóptero militar y un avión comercial colisionaron en el aire. Hasta el momento, decenas de cuerpos han sido recuperados de las frías aguas del río Potomac, donde cayeron las aeronaves.
El siniestro ocurrió alrededor de las 20:48 horas locales, cuando un avión Bombardier CRJ700 de American Eagle, filial regional de American Airlines, que realizaba un vuelo procedente de Wichita, Kansas, con 60 pasajeros y 4 tripulantes a bordo, colisionó con un helicóptero militar que transportaba a tres personas. El accidente se produjo durante la fase de aproximación del avión al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan (DCA).
Las autoridades han descartado la posibilidad de encontrar supervivientes, lo que convierte a este accidente en el más mortífero en Estados Unidos desde 2001. Los esfuerzos de rescate se suspendieron al caer la noche del jueves, pero se reanudarán en las próximas horas.
El Aeropuerto Ronald Reagan, que cerró sus operaciones tras el accidente, reabrió este jueves a las 11:00 horas locales. Mientras tanto, los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) han recuperado la grabadora de voz de la cabina y la grabadora de datos de vuelo del avión siniestrado. Ambos dispositivos se encuentran en los laboratorios de la NTSB para su análisis, con el objetivo de determinar las causas exactas del accidente.
La colisión ha conmocionado a la nación y ha puesto en evidencia los riesgos asociados con el tráfico aéreo en una de las zonas más congestionadas del país. Las familias de las víctimas y los sobrevivientes esperan respuestas mientras las autoridades continúan con las labores de rescate y recuperación.
Este trágico evento ha dejado una profunda huella en la comunidad de Washington D.C. y en todo el país, recordando la importancia de la seguridad aérea y la necesidad de medidas preventivas para evitar futuras tragedias.