El presidente Nayib Bukele y su partido, con mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa, reformaron la Constitución para permitir cambios rápidos, incluyendo la posibilidad de eliminar límites a la reelección presidencial.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su partido Nuevas Ideas, que controla la Asamblea Legislativa con mayoría absoluta, aprobaron una reforma constitucional que permite modificar cualquier artículo de la Constitución de manera exprés, incluyendo aquellos que limitan la reelección presidencial. Esta medida, ratificada el pasado 29 de enero, ha sido criticada por consolidar una deriva autoritaria en el país, pese a los recientes elogios del expresidente estadounidense Donald Trump hacia Bukele.
La reforma constitucional, impulsada por los diputados de Bukele, elimina el proceso tradicional establecido en la Constitución de 1983, que requería que una legislatura aprobara una reforma y otra distinta, tras elecciones, la ratificara. Ahora, los cambios pueden realizarse con el voto de las tres cuartas partes de los diputados electos, es decir, 45 de los 60 escaños. El partido de Bukele cuenta con 54 diputados, lo que le otorga un control total sobre cualquier modificación constitucional.
Esta reforma es la culminación de un proceso iniciado en abril de 2024, cuando los diputados de Bukele comenzaron a sentar las bases para facilitar cambios rápidos en la Carta Magna. La medida ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y la oposición política, que la consideran un paso más hacia la consolidación de un régimen autoritario.
La reforma ocurre casi un año después de que Bukele se reeligiera como presidente en unas elecciones consideradas inconstitucionales y controvertidas. Durante esos comicios, su partido modificó las reglas electorales hasta el último minuto, reduciendo el número de diputados de 84 a 60 y cambiando el método de conteo de votos para favorecer al partido mayoritario. Estas acciones llevaron a los partidos de oposición a solicitar la nulidad de las elecciones legislativas, aunque sin éxito.
La Constitución fue modificada utilizando la dispensa de trámite, un mecanismo frecuentemente empleado por los diputados de Bukele para acelerar la aprobación de leyes. Este procedimiento ha sido criticado por limitar el debate y la transparencia en el proceso legislativo.
La reforma constitucional ha sido vista como un intento de Bukele de consolidar su poder y allanar el camino para futuras reelecciones, eliminando los límites establecidos en la Constitución. Este movimiento ha generado un intenso debate en El Salvador, donde algunos sectores apoyan las medidas del presidente por su enfoque en la seguridad y el orden, mientras que otros las consideran una amenaza para la democracia y el estado de derecho.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en El Salvador, donde Bukele ha logrado mantener altos niveles de popularidad gracias a su política de mano dura contra las pandillas, pero también ha enfrentado críticas por su estilo de gobierno cada vez más centralizado y autoritario. La reforma constitucional marca un nuevo capítulo en la historia política del país, con implicaciones profundas para su futuro democrático.