EL LINIERO OFENSIVO MEXICANO AHORA FORMA PARTE DE LOS SAN FRANCISCO 49ERS
El sueño de la NFL parece imposible y más para todo aquel que no es de los Estados Unidos. Sin embargo, hay ejemplos de jugadores mexicanos que, a base de trabajo y constancia, han logrado abrirse camino en la liga más competitiva del mundo. Uno de ellos es Isaac Alarcón, quien pasó de ser un admirador de Dak Prescott a entrenar con él y forjar una inesperada amistad que guardará para toda su vida. La historia del liniero ofensivo mexicano es una de perseverancia y fe en lo imposible.
Para jugadores internacionales, llegar a la NFL es un reto monumental. El programa International Player Pathway (IPP) selecciona talento de todo el mundo, pero solo cuatro de los nueve elegidos logran un lugar en un equipo de la liga. En condiciones normales, el proceso de entrenamiento en Florida dura tres meses, donde los prospectos trabajan con exentrenadores de la NFL en una academia especializada.
Sin embargo, la pandemia en 2020 complicó todo. “Por la pandemia, decidieron recortar todo esto a cuatro semanas nada más”, recordó Isaac. Tras ese breve periodo, tuvo que regresar a Monterrey sin saber qué pasaría con su futuro. “Después me entero, estando en Monterrey, que me firman los Cowboys. Me tengo que esperar otros tres meses porque nadie sabía qué estaba pasando, y hasta julio llego a Dallas”, relató.
Pasar del fútbol americano universitario en México a la NFL fue un choque brutal. “Pase de competir contra equipos como la UDLAP, la UNAM, Tigres, la UACH, a competir con jugadores que estuvieron en LSU, Alabama, Clemson; con jugadores que en la NFL ya eran considerados All-Pros, como DeMarcus Lawrence”, explicó.
Además, el nivel de exigencia y conocimiento era gigantesco. “No tenía la velocidad, la fuerza, el conocimiento del juego. Aunque era el mismo deporte, ellos tenían años de ventaja en entender esquemas defensivos, frentes ofensivos, reglas… yo desconocía muchas de ellas”, confesó.
A pesar de la incertidumbre, el liniero regiomontano siempre estuvo convencido de que su destino estaba en los Cowboys. “Recuerdo que estaba en una junta con mi coach de línea ofensiva en Florida y nos dijeron: ‘Cuando un equipo de la NFL los agarre…’. Y yo le dije: ‘Los Cowboys, coach’. Me respondió que no funcionaba así, pero yo insistí: ‘A mí me van a agarrar ellos’”. Meses después, su premonición se hizo realidad.