La primera semana del mandato de Donald Trump como presidente de EE.UU. concluyó con un total de 2,382 migrantes detenidos y 1,797 órdenes de captura emitidas para deportaciones, como parte de su ofensiva contra la inmigración irregular.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) informó que durante los primeros días del mandato de Donald Trump se llevaron a cabo 2,382 detenciones de migrantes indocumentados, lo que refleja el comienzo de su política migratoria restrictiva. En el domingo 29 de enero, se alcanzó un récord de 965 detenciones en un solo día, con 554 órdenes de captura presentadas, según los datos oficiales.
Esta ofensiva de Trump ha incluido un aumento de la presencia militar en la frontera con México y la suspensión de la admisión de refugiados. Además, el Departamento de Seguridad Nacional ha autorizado los arrestos de migrantes en lugares como escuelas e iglesias, lo que ha generado gran preocupación por la violación de derechos humanos. Los arrestos son la culminación de esfuerzos por hacer cumplir estrictamente la ley de inmigración federal, con el objetivo de deportar a aquellos considerados indocumentados.
El presidente Trump ha emprendido lo que se perfila como la mayor campaña de deportación de la historia de Estados Unidos. En este sentido, también se ha comenzado a utilizar aviones militares para deportar a los migrantes, lo que ha desatado controversia a nivel internacional.
El gobierno estadounidense también ha tomado medidas más severas contra Colombia, luego de que el presidente Gustavo Petro rechazara la recepción de aviones de deportación con migrantes colombianos. Como represalia, Trump impuso aranceles del 25% a Colombia y revocó las visas de altos cargos colombianos, aunque las sanciones fueron levantadas después de un acuerdo que permitió reanudar los vuelos de deportación.
Asimismo, se han abierto negociaciones con El Salvador para establecer acuerdos que permitirían a Estados Unidos deportar inmigrantes de terceros países, incluidos aquellos presuntamente involucrados en el crimen organizado.
Este enfoque ha generado una crisis migratoria internacional, especialmente en la relación de EE.UU. con varios países latinoamericanos, cuyas respuestas varían entre la cooperación y el rechazo.
El endurecimiento de las políticas migratorias de Trump se perfila como uno de los principales temas de su administración, con efectos significativos tanto a nivel nacional como en las relaciones diplomáticas de EE.UU.