Por Salomón Rosas Ramírez
¡A México le va a ir bien con Estados Unidos! nos han dicho de manera reiterada desde hace meses y en los últimos días tanto la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon; sin embargo, existen muchos agoreros del pesimismo nacional que más allá de ser opositores políticos al gobierno del Segundo Piso de la Cuarta Transformación parecieran promover el derrotismo y la desgracia inevitable. Por ello, es necesario recordarnos todos y todas los mexicanos que “México está preparado y cuenta con las fortalezas y ventajas estructurales que le permitirán salir adelante en la revisión del T-MEC y sortear favorablemente el cambio a una nueva era económica en Estados Unidos y el mundo”, como lo dijo el Secretario Ebrard en el Foro del ITAM hace unos días; asimismo, es fundamental tener presente las afirmaciones que hizo Donald Trump (DT) ante el Foro Económico de Davos, Suiza, de que “los acuerdos van muy bien con México”y lo que respondió nuestra Presidenta de la Repúblicaen relación a que “no veo una guerra comercial. Ayer habló de otra manera de México, por cierto. El presidente Trump tiene su visión del uso de los aranceles, tanto económica como frente a una negociación de un país. En el caso de México, lo que hay es colaboración, cooperación, coordinación con respeto a nuestras soberanías”.
Desde que ganó las elecciones de noviembre pasado, fuimos testigos del tamiz del nuevo inquilino de la Casa Blanca: un Donald Trump contra todos y sobre todos; Donald Trump retando a los más poderosos personajes políticos de las diferentes latitudes; Donald Trump sometiendo y exigiendo sometimiento público a los países que a todas luces son más débiles; Donald Trump poniendo las nuevas reglas del juego y reconfigurando la geopolítica internacional; en fin, un Donald Trump apabullante. Pero, México es vital para Estados Unidos de América y ellos lo son para nosotros al grado que México es el primer importador y exportador de los Estados Unidos y eso, lo sabemos aquí y lo saben allá,nos conviene a ambas naciones y es por lo que
Nuestro país alentará el diálogo bilateral respetuoso e institucional a pesar del estilo agresivo y el discurso beligerante del presidente Donald Trump ya que si bien es cierto DT puso en alerta literalmente a todo el mundo generando un contexto de altísima expectativa, tensión e incertidumbre previo a su toma de posesión el lunes 20 de enero pasado con posicionamientos tajantes, amenazas de uso de la fuerza y anuncios sobre la imposición de aranceles a diestra y siniestra que propiciaron un “clima político de guerra”, lo que no hay que olvidar es que todo en política es estrategia y que toda estrategia tiene tácticas y etapas. Decimos lo anterior porque pues parece que el Señor Donald Trump uso la táctica del ataque y el amago para intentar poner y lograr mejores condiciones para iniciar negociaciones y ahora cambia de táctica, por lo menos con el otro actor poderoso y gran gigante que es China, recordando que “con el puño no se puede intercambiar un apretón de manos” (Indira Gandhi) y comenzó a hacer guiños amistosos al país asiático.
Los tambores de paz comienzan a sonar y el preludio de guerra entre EEUU y China puede transitar hacia un derrotero diferente en el que los entendimientos (no sin tensiones de por medio) generen nuevas lógicas en el reacomodo regional del mundo y en el que México se inserte de manera adecuada y provechosa en la región de Norteamérica. Lo anterior tiene que ver con la presencia que tuvo el vicepresidente Han Zheng, representante del país asiático, en el acto de toma del poder de Donald Trump en Washington hace unos días. Nunca un funcionario chino de tan alto rango había viajado hasta Estados Unidos para estar presente en la investidura de un presidente. Normalmente, el Gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) suele enviar a su embajador o a un diplomático inferior y eso es lo que da sustento a pensar con optimismo ya que podemos estar viviendo, tal vez, el inicio del deshielo en las tormentosas relaciones entre las dos superpotencias. Las señales que envían ambas partes son alentadoras y lo que Donald Trump publicó en sus redes sociales después de realizar la comunicación con Xi Jinping para formalizar la invitación no tiene desperdicio y por eso la transcribimos: “La llamada ha sido muy buena tanto para China como para Estados Unidos. Espero que resolvamos muchos problemas juntos. Hablamos de equilibrar el comercio, del fentanilo, de TikTok y de muchos otros temas. El presidente Xi y yo haremos todo lo posible para que el mundo sea más pacífico y seguro“, resumió Trump en redes sociales. Pero eso no es todo, también de Pekín sacaron un comunicado en el que expusieron que Xi y Trump se habrían comprometieron a “establecer canales estratégicos de comunicación y mantener contactos regulares sobre los principales temas de interés común para los dos países” y que “Xi le dijo a Trump que China y Estados Unidos podrían ser buenos amigos y socios”.
México está en medio de esa relación entre las dos superpotencias y no es cosa menor. En la crisis del fentanilo, en los temas de comercio y, también, en los temas migratorios tenemos que ver. Ante la negociación que se avecina entre los dos Titanes Mundiales que son Estados Unidos de América y China, ya lo dijeron tanto la Presidenta Claudia Sheinbaum como el Secretario Marcelo Ebrard, cabeza fría y recordar que “la mejor victoria es vencer sin combatir” (Sun Tzu).
