Operación masiva de deportaciones incluye despliegue militar y transporte aéreo; ya hay 1,500 efectivos en la frontera.
Las autoridades de Estados Unidos han intensificado las operaciones contra la inmigración irregular bajo la administración del presidente Donald Trump, deteniendo a 538 migrantes sin documentos y deportando a “centenares” más desde el inicio de su mandato esta semana, informó la agencia de Inmigración y Aduanas (ICE).
En su informe más reciente, ICE precisó que se han presentado 373 órdenes de detención en tan solo dos días. A través de un comunicado y publicaciones en X (antes Twitter), la Casa Blanca destacó algunos casos específicos, como el de Luis Alberto “N”, detenido en Buffalo por una condena previa de violación, y Cristofer Alexander “N”, arrestado en St. Paul por conducta criminal sexual con un menor.
“La operación de deportación masiva más grande de la historia está en marcha. Promesas hechas, promesas cumplidas”, señala uno de los mensajes oficiales compartidos por la administración de Trump.
El miércoles, el Pentágono inició el despliegue de 1,500 efectivos militares adicionales en la frontera con México. Según el secretario de Defensa en funciones, Robert Salesses, estas tropas están respaldadas por helicópteros, analistas de inteligencia y transporte aéreo militar para agilizar las operaciones de detección, control y deportación.
Este refuerzo representa un aumento del 60% en las fuerzas activas desplegadas en la frontera desde que Trump asumió el cargo el lunes. Además, se anunció el apoyo logístico para realizar vuelos de deportación masiva desde centros de detención en San Diego, California, y El Paso, Texas, con un objetivo de más de 5,000 deportaciones en los próximos días.
Trump, quien ya ocupó la presidencia entre 2017 y 2021, ha retomado su conocida postura contra la inmigración ilegal, cumpliendo con las promesas de campaña que lo llevaron a ganar las elecciones de noviembre de 2024. Entre sus primeros decretos, firmados apenas días después de su juramentación, destaca el endurecimiento de medidas para cerrar la frontera con México y acelerar las deportaciones masivas.
La Casa Blanca considera esta estrategia como una medida clave para garantizar la seguridad fronteriza y cumplir con los compromisos adquiridos con su base electoral. Sin embargo, estas acciones han generado controversia y críticas por parte de defensores de los derechos humanos y organizaciones migratorias.
Las deportaciones y la militarización de la frontera han generado preocupación en México y otros países de América Latina, donde se espera un aumento en los flujos de migrantes deportados. Las autoridades mexicanas, por su parte, han reiterado su compromiso de brindar apoyo humanitario y colaborar en el manejo de esta situación.
Se prevé que las políticas migratorias de Trump sigan siendo un tema de intenso debate en los próximos meses, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, debido a su impacto social, económico y humanitario.
