Amigos, familiares y colegas recordaron a Cristina Pacheco, periodista y cronista mexicana, destacando su pluma generosa y compromiso humano con las historias de los demás.
A poco más de un año del fallecimiento de la reconocida periodista mexicana Cristina Pacheco (1941-2023), su legado fue celebrado en un emotivo homenaje realizado en la Casa Universitaria del Libro (Casul), en la Ciudad de México. Amigos, familiares y colegas destacaron su inigualable capacidad de conexión humana, su disciplina creativa y su papel trascendental en el periodismo y la literatura mexicana.
La directora de Casul, Guadalupe Alonso, abrió el homenaje con palabras que evocaron el espíritu curioso y cercano de Pacheco. Citó una de las reflexiones más emblemáticas de la periodista:
“Cada vez que empiezo una entrevista emprendo una travesía hasta donde se encuentra la otra persona. Tengo que alcanzarla, ir a su ritmo, así descubro lecciones de vida.”
Este enfoque distintivo marcó la obra de la conductora de los programas televisivos “Aquí nos tocó vivir” y “Conversando con Cristina”, que lograron captar la atención y el afecto de múltiples generaciones de espectadores por su sensibilidad al narrar historias cotidianas.
El escritor Xavier Velasco, invitado al homenaje, recordó cómo Cristina tenía la habilidad única de hacer que sus entrevistados se sintieran cómodos y escuchados. Velasco, quien fue entrevistado por Pacheco en tres ocasiones, destacó su preparación y dedicación:
“Llegó con mi libro lleno de notas y banderitas. Era el lector ideal, ese que encuentra cosas buenas incluso donde uno no las había planeado. En sus entrevistas, lograba crear una conexión tan profunda que uno olvidaba las cámaras y la presión del momento.”
Velasco describió su experiencia con Pacheco como un ejemplo del nivel de cuidado y profesionalismo que marcó su carrera, permitiéndole penetrar en el corazón de las historias y personajes que exploraba.
El evento también destacó la publicación de “Mar de historias”, una antología de relatos escritos por Cristina a lo largo de tres décadas en medios como Unomásuno, El Día, El Sol de México y La Jornada. Su hija, Laura Emilia Pacheco, estuvo presente y compartió cómo el proyecto editorial buscó preservar el legado literario de su madre.
“Este libro reúne la esencia de mi madre: su pasión por contar historias y su compromiso con los pequeños detalles de la vida cotidiana que tantas veces pasamos por alto,” expresó Laura Emilia, visiblemente emocionada.
El periodista y amigo cercano de Pacheco, José Luis Martínez, subrayó la disciplina y ética que definieron la carrera de la cronista. Relató cómo Cristina, incluso con una agenda cargada, encontraba tiempo para escribir cuentos semanales:
“Ella decía que no desperdiciaba el tiempo, tenía un horario fijo para escribir, una rutina que adoptó después de conocer a Mario Vargas Llosa. Esa disciplina es, sin duda, parte de su éxito.”
Cristina Pacheco fue recordada no solo como una talentosa cronista, sino también como una persona entrañable que trataba con respeto y empatía a todos, desde los personajes más humildes hasta los más reconocidos.
“Cristina tenía un alma generosa, veía el mundo con ojos amables y capturaba la esencia humana en cada historia que narraba,” concluyó José Luis Martínez.
El homenaje cerró con un reconocimiento colectivo a la vida y obra de Cristina Pacheco, dejando claro que su legado continúa vivo como inspiración para nuevas generaciones de periodistas, escritores y amantes de las historias.