Miles de efectivos reforzarán la seguridad fronteriza para frenar el flujo migratorio y el tráfico ilegal, según la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado el despliegue de tropas adicionales en la frontera con México, dando inicio a una de las principales promesas de su segundo mandato: reforzar la seguridad fronteriza y limitar el flujo migratorio.
Medios estadounidenses como CNN y Fox News han informado que el despliegue incluirá entre 1,500 y varios miles de efectivos, aunque el Pentágono no ha confirmado oficialmente las cifras ni la fecha de movilización. Estas tropas se sumarán a los 2,200 militares en activo y los 4,500 reservistas de la Guardia Nacional de Texas que ya operan en la zona fronteriza.
El objetivo principal de estas tropas será apoyar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en tareas administrativas y logísticas, como el mantenimiento de vehículos y la gestión de datos, permitiendo que los agentes fronterizos se concentren en labores operativas.
Una de las medidas más polémicas contempladas por Trump es la posible invocación de la Ley de Insurrección de 1807, que permitiría a las fuerzas armadas asumir funciones policiales dentro del país, como realizar arrestos o incautar drogas. Sin embargo, este paso sería inusual y enfrentaría desafíos legales debido a restricciones impuestas por leyes como la Posse Comitatus Act de 1878, que prohíbe a los militares actuar como fuerza policial en territorio estadounidense.
Desde su primer mandato, Trump ha priorizado la seguridad fronteriza. En 2018, ordenó el despliegue de 5,200 efectivos, y ahora busca avanzar hacia lo que ha denominado un “control operativo completo” de la frontera sur. En su primera orden ejecutiva tras asumir la presidencia nuevamente, instruyó al Pentágono a movilizar las tropas necesarias para lograr este objetivo en los próximos meses.
La medida ha generado reacciones divididas. Los defensores argumentan que es una acción necesaria para combatir la migración irregular y el tráfico de drogas, mientras que críticos señalan que la militarización de la frontera no aborda las causas fundamentales de estos problemas y puede agravar tensiones humanitarias.
El anuncio también se produce en un contexto de crecientes desafíos diplomáticos con México, así como tensiones internas en Estados Unidos por el uso de recursos militares en la frontera.
El despliegue forma parte de la estrategia de la administración Trump para demostrar una postura más dura frente a los problemas migratorios y de seguridad, temas que han sido centrales en su agenda política.