El uso excesivo de plaguicidas es identificado como la principal causa del exterminio de las abejas, advierte Leticia Guadalupe Yáñez
La muerte masiva de abejas por el uso de agrotóxicos es una crisis ambiental que afecta tanto a la biodiversidad como a la producción alimentaria en México, advirtió Leticia Guadalupe Yáñez Estrada, jefa del Laboratorio de Género, Salud y Ambiente de la Facultad de Medicina.
Las abejas, cuya función principal es la polinización, son esenciales para la reproducción de frutas y hortalizas. En el mundo existen alrededor de 20,000 especies diferentes, de las cuales aproximadamente 2,000 habitan en México; sin embargo, las muertes masivas de estos insectos han afectado significativamente la producción agrícola.
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Por ejemplo, refirió que en el municipio de Rioverde se registró un déficit importante en la producción del alimento característico de la región: la naranja. Esto debido a la falta de floración, resultado directo de la disminución de las polinizadoras. La especialista, adelantó que en el mes de febrero realizará una visita a esa zona del estado para entrevistarse con autoridades y conocer a detalle la problemática.
El uso excesivo de agrotóxicos es identificado como la principal causa de esta situación. Según la doctora Yáñez, la aplicación aérea de plaguicidas genera una dispersión descontrolada, pues solo el 40% de los compuestos llega al área objetivo, mientras que el resto se extiende al entorno, lo que afecta a las abejas en un radio de hasta ocho kilómetros desde sus colmenas. Al entrar en contacto con estos químicos, sufren daños neurotóxicos que las desorientan, impidiéndoles regresar a sus nidos lo que las lleva a la muerte.
El problema se agudizó hace cinco años en comunidades como Hopelchén, Campeche, donde los habitantes mayas reportaron un incremento en la mortalidad de abejas debido al uso de plaguicidas prohibidos, como los neonicotinoides. “Estos compuestos, derivados de la nicotina, son altamente tóxicos tanto para insectos como para humanos. Aunque ya están prohibidos en México, su uso persiste en algunas regiones, sumándose a otros químicos como el glifosato y los órganos fosforados”, indicó
Señaló que, ante esta crisis, se han implementado diversas estrategias para protegerlas y apoyar a los apicultores. En colaboración con investigadores y organizaciones civiles, se han llevado a cabo talleres para enseñar a los criadores a reportar muertes masivas, tomar muestras y preservarlas para análisis. Además, se ha creado un portal nacional donde pueden registrar estos eventos, lo que permite recopilar evidencia científica sobre el impacto de los plaguicidas.