El presidente Donald Trump romperá con la tradición de la investidura presidencial al celebrarla bajo techo debido al frío extremo de Washington, modificando una ceremonia que ha sido moldeada durante siglos
La investidura presidencial de Donald Trump, que marca el inicio de su segundo mandato, rompe con varias tradiciones históricas debido a las inclemencias del tiempo que azotan Washington en el día de su toma de posesión, el cual tendrá lugar eaté 20 de enero. El frío extremo que invade la capital de Estados Unidos hizo cambiar los planes de última hora y a realizar la ceremonia dentro del Congreso, específicamente en la Rotonda, un lugar simbólicamente cargado, pero que por primera vez en la historia moderna no permitió que la tradicional multitud se reuniera en la Explanada Nacional para ver el acto de investidura
En este contexto, Donald Trump es acompañado por su esposa Melania Trump y por el presidente saliente, Joe Biden, junto a su esposa Jill Biden, quienes participarán en el acto protocolario que marca la transición de poder entre las administraciones. A pesar de los cambios forzados por el clima, la ceremonia se desarrollará con el simbolismo propio de la democracia estadounidense, destacando el respeto a las instituciones y el inicio formal del nuevo mandato presidencial
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El frío que azotó Washington es el principal responsable de que Trump tomará la decisión de celebrar su investidura al interior del Congreso, lo que significa un quiebre en una tradición que se mantiene desde que Ronald Reagan asumiera el cargo en 1981. A pesar de los esfuerzos por hacer de la ceremonia un espectáculo visualmente impresionante, este 2021 no se permitirá la tradicional multitud que suele congregarse en la Explanada Nacional para ver el juramento del presidente electo. De hecho, Trump, quien ha sido un ferviente defensor de mostrar multitudes masivas, no podrá llevar a cabo esa fotografía icónica de su jura con miles de personas a su alrededor
A lo largo de los años, las ceremonias de investidura presidencial han experimentado transformaciones, comenzando con el primer presidente de los Estados Unidos, George Washington, quien juró el cargo en una ceremonia austera en 1789. Desde entonces, la ceremonia ha sido un reflejo de la evolución de la política estadounidense. La Constitución de 1933 estableció oficialmente el 20 de enero como la fecha para la toma de posesión, aunque ha sido durante el último siglo que la ceremonia ha incorporado elementos adicionales como el desfile hacia la Casa Blanca y los famosos bailes inaugurales. La decisión de Trump de modificar su ceremonia, por lo tanto, representa solo un ejemplo de cómo la tradición se adapta a los nuevos tiempos y circunstancias
Una de las tradiciones más queridas por el pueblo estadounidense durante las investiduras es el desfile presidencial desde el Capitolio hasta la Casa Blanca, que ha sido una muestra de cercanía entre el presidente y el pueblo. Sin embargo, Trump también modificó este ritual, eligiendo en su lugar dirigirse al estadio Capital One en Washington, donde se dirigirá a los miles de invitados que no pudieron ser acomodados en el Congreso debido a las restricciones impuestas por las condiciones climáticas. Este cambio también afectó las costumbres establecidas por sus predecesores, como Jimmy Carter, quien en 1977 fue el primero en hacer parte del recorrido a pie, en un intento por estrechar lazos con los ciudadanos.
Por la noche, como en cada investidura, se celebran los tradicionales bailes inaugurales. Este es un momento de fiesta y celebración en la capital estadounidense, y el primer baile entre el presidente y la primera dama es un acto simbólico que ha ido ganando glamour con el paso de los años. Desde el primer baile de James y Dolly Madison en 1808 hasta los eventos llenos de artistas y celebridades de la actualidad, esta tradición ha crecido para convertirse en uno de los momentos más esperados y comentados del día
La jornada también es una despedida para el presidente saliente. En un acto que simboliza el traspaso pacífico del poder, Biden y Trump participaron juntos en la ceremonia antes de dirigirse a sus respectivos destinos. Sin embargo, esta tradición también fue alterada en 2021 cuando Trump decidió no asistir a la investidura de Biden, rompiendo con un precedente de cordialidad entre los mandatarios que ha marcado la historia reciente de las investiduras presidenciales.
