América celebra tricampeonato en el Azteca, con su gente y la Banda MS

América coronó la euforia del tricampeonato con una magna fiesta en el estacionamiento del Estadio Azteca, entre pirotecnia, música, ‘mensajitos’ a Chivas y con la Banda MS.

Miles de fanáticos con sus mejores atuendos azulcremas abarrotaron el estacionamiento del estadio casi dos horas antes del arribo de sus héroes. En dos autobuses descubiertos, el primer equipo junto con los equipos campeones de los programas de inclusión (“amputados” y de “ciegos y débiles visuales”) dieron inicio al festejo con un desfile desde Periférico sur hasta el Coloso de Santa Úrsula.

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Las laterales de Periférico colapsaron en tránsito vehicular. Hubo quienes dejaron su automóvil a mitad de calle para alcanzar a grabar con sus teléfonos celulares el paso de los futbolistas.

Ya en las inmediaciones del Azteca, una multitud amarilla se encargó de hacer un espectáculo el arribo del equipo, con una lluvia de serpentinas, porras y banderas.

El escenario estaba puesto. Luces amarillas y azules iluminaban lo que más noche se transformaría en una pista de baile, de júbilo y de pasos prohibidos, pero la obtención del título 16 lo valían.

Pero el momento emotivo lo encabezó el homenaje póstumo al exjugador Cristóbal Ortega, en presencia de su familia y de las leyendas Carlos Reinoso, Enrique Borja, Héctor Miguel Zelada, Eduardo Bacas, Zague y Vinicio Bravo, quienes compartieron vestidor con él; Daniel Brailovsky, mediante un video, recordó su legado.

Posteriormente fue el turno de los tricampeones recién llegados de Las Vegas, donde enfrentaron al Inter de Miami y Lionel Messi. Uno por uno fueron ovacionados, aunque unos más que otros.

Mientras que Diego Valdés y Richard Sánchez coparon la atención de los aficionados que al unísono suplicaban su permanencia en el equipo. Ambos sudamericanos sonreían sorprendidos por el cariño.

Reunido el equipo ante más de 10 mil espectadores, André Jardine, al filo de las lágrimas, aprovechó para expresar su gratitud y lealtad.

Con las palabras del estratega, los brincos y cánticos con las copas ganadas en estos últimos tres semestres, una voz anónima desde el escenario recordó a su acérrimo: “Chinguen a su madre las Chivas”.