El gobierno entrante planea una gran operación de deportación en Chicago, generando preocupación en la comunidad latina y entre organizaciones defensoras de los migrantes.
Chicago se encuentra en alerta ante la posibilidad de una masiva redada migratoria que podría ocurrir el próximo martes, un día después de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. De acuerdo con informes de The Wall Street Journal, el gobierno entrante planea el despliegue de entre 100 y 200 agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para llevar a cabo esta operación.
Aunque algunos comentarios del nuevo gobierno sugieren que las filtraciones sobre la redada podrían llevar a una reconsideración, organizaciones de defensa de los migrantes y legisladores locales están tomando medidas urgentes para preparar a la comunidad. Entre ellos se encuentra el congresista Jesús “Chuy” García, de origen mexicano, quien en una rueda de prensa recalcó los derechos de los migrantes y la importancia de mantener la calma frente a la amenaza de deportaciones masivas.
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Chicago, una de las primeras “ciudades santuario” en Estados Unidos, ha reforzado sus políticas desde el primer mandato de Trump, limitando la colaboración entre la policía local y los agentes federales de inmigración. Esto ha permitido que los inmigrantes en la ciudad estén protegidos en gran medida de las políticas migratorias federales.
García recordó que los migrantes en Chicago no están obligados a proporcionar información sobre su estatus migratorio o lugar de nacimiento y que tienen derecho a guardar silencio, contactar a un abogado y no permitir el acceso de agentes federales a sus viviendas sin una orden legal.
Además, líderes empresariales latinos también se han unido a la oposición contra las deportaciones, argumentando que la salida de migrantes esenciales, especialmente en sectores como la restauración, podría perjudicar gravemente a la economía local.
Trump ha sido firme en su promesa de llevar a cabo la “mayor deportación de la historia” de Estados Unidos, y Chicago se ha identificado como uno de los primeros objetivos de esta política. La comunidad latina, que representa más del 66% de la población del distrito de García, está en pie de lucha para proteger los derechos de los inmigrantes y resistir las amenazas de deportación.
