La ciudad fronteriza desarrolla una estrategia para atender posibles repatriaciones y garantizar la protección de los derechos humanos de los migrantes.
Tapachula, en la frontera sur de México, está implementando un “plan emergente” para atender una posible saturación migratoria debido al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y sus propuestas de deportaciones masivas de migrantes indocumentados. El presidente municipal de Tapachula, Aarón Yamil Melgar, instruyó la creación de esta estrategia, que busca proporcionar una atención integral y respetuosa de los derechos humanos a los posibles repatriados.
Denisse Lugardo Escobar, directora de Relaciones Internacionales y Desarrollo Transfronterizo de Tapachula, informó que la ciudad ya tiene previstos ocho espacios en diferentes sectores para alojar a las personas repatriadas, divididos en áreas para familias, hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes no acompañados, y un espacio para la comunidad LGBTI.
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El regreso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha generado incertidumbre sobre las políticas migratorias y las consecuencias para los mexicanos, que representan una parte significativa de los 11 millones de indocumentados en EE.UU. Las remesas enviadas por los migrantes a México, que en 2024 se estimaron en 65 mil millones de dólares, son fundamentales para la economía nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que el Gobierno de México está preparado para recibir a los migrantes deportados y ofrecerles empleo y programas sociales. Sin embargo, la mandataria aún espera a que Trump asuma su cargo para anunciar detalles sobre el plan de repatriación y la forma en que serán manejados los flujos migratorios.
La situación en Tapachula refleja una creciente zozobra entre los migrantes. Isaac López, originario de Honduras, aseguró que a pesar de las deportaciones, sigue con la intención de llegar a EE.UU. “Volveremos las veces que sea necesario, porque la situación en Centroamérica es crítica”, dijo. Otros migrantes, como Esmeralda Castañeda de El Salvador, expresaron su frustración por la falta de empleo en Tapachula y su deseo de continuar su viaje hacia EE.UU.
Por su parte, Miguel Parra, migrante venezolano, criticó la falta de apoyo por parte del Gobierno mexicano, señalando el riesgo que enfrentan al cruzar a pie, con el temor de ser secuestrados en el camino.
México enfrenta un desafío significativo al lidiar con un incremento de migrantes, pues el país registró más de 925 mil migrantes irregulares en 2024, un aumento del 132% respecto al año anterior. La creciente presión en Tapachula, donde los migrantes se concentran en espera de poder continuar su viaje, genera desafíos tanto a nivel local como nacional.
El plan emergente de Tapachula es una respuesta inicial para hacer frente a la posible repatriación masiva de migrantes y asegurar que la ciudad brinde una atención adecuada en cumplimiento con los derechos humanos.
