Marcha de las Mujeres en Washington exige defender los derechos de las mujeres y colectivos vulnerables

Miles de personas se movilizan en Washington para rechazar el segundo mandato de Donald Trump y exigir derechos reproductivos, justicia social y la defensa de los más desfavorecidos.

En un ambiente de resistencia y empoderamiento, miles de personas tomaron este sábado las calles de Washington para anunciar al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que lucharán por los derechos de las mujeres y de los colectivos más vulnerables. La ‘Marcha de las Mujeres’, que en su edición inaugural de 2017 reunió a medio millón de personas, vuelve a la capital estadounidense en esta ocasión, convocando a más de 50,000 manifestantes. La marcha, que tuvo como destino final el Monumento a Abraham Lincoln, simbolizó el inicio de una nueva fase de lucha contra las políticas del presidente republicano.

El evento, que marcó el primer gran acto de movilización previo a la investidura de Trump, no solo fue una protesta contra su gobierno, sino también una llamada a la acción. “Estamos listos para actuar”, se escuchaba en los gritos de los manifestantes, quienes dejaron claro que su resistencia no será silenciosa, y que las políticas de Trump, desde el primer día de su administración, provocaron un gran rechazo entre la población estadounidense.

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Krista Falkenstine, una mujer de 65 años proveniente de Colorado, expresó su profunda preocupación por el futuro de sus hijas: “Tengo dos hijas y estoy preocupada por su futuro. Tienen menos derechos que los que yo tuve”. De acuerdo con Krista, en el pasado se sentía reacia a levantar la voz, pero “ya no”, y por ello decidió viajar a Washington para unirse a la manifestación, en un claro mensaje de que la lucha por los derechos de las mujeres está lejos de terminar.

La Marcha de las Mujeres se organizó para ser un catalizador de todos aquellos cientos de miles de ciudadanos que rechazan el regreso de Trump al poder. Este movimiento no solo se opone al fascismo, sino que también lucha por los derechos reproductivos, la justicia social y el respeto a los derechos humanos, entre otros. Algunas de las coaliciones que participaron en la protesta fueron Abortion Access Now y Time to Act, quienes alzaron sus voces en defensa de la interrupción voluntaria del embarazo, un derecho que fue revocado por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos en junio de 2022, aumentando así la presión sobre el Gobierno de Trump.

En medio de la protesta, la presencia de Melissa Mungi, de origen filipino, resaltó la diversidad de los participantes. Mungi expresó que se unió a la marcha con el objetivo de evitar que se repitieran los errores del pasado y de garantizar que las mujeres no pierdan los derechos que tantas personas lucharon por obtener. La decepción y el temor ante la reelección de Trump también estuvieron presentes en la marcha, especialmente entre aquellos que consideran que el presidente electo no representará a todo el pueblo estadounidense.

Susan Corbin, quien viajó desde California, destacó que las clases medias y bajas se verán gravemente afectadas por las políticas del nuevo gobierno. Según Corbin, el mandato republicano beneficia principalmente a los millonarios, mientras que el resto de la población sufrirá aún más. “Las cosas van a ir a peor”, advirtió.

La marcha ocurrió en un contexto de alta seguridad, pues las principales avenidas de la capital estaban valladas debido a las medidas de protección por los actos de investidura. El presidente electo Donald Trump ofrecerá una recepción en su club de golf de Virginia, que incluirá un discurso y un espectáculo de fuegos artificiales.

El espíritu festivo que predominó en la marcha no restó protagonismo a las reivindicaciones de los manifestantes. Haley, una joven de 27 años residente de Alexandria, señaló que el mensaje de la marcha era claro: “Estar juntos muestra que no seremos silenciados. Trump no cree que las mujeres somos valiosas como seres humanos. Me decepciona que hubiera mujeres que votaran por él”.

Este movimiento, que surgió en 2016 a través de las redes sociales, fue el resultado de la indignación de cientos de miles de personas que no podían creer que Trump fuera elegido presidente, a pesar de las acusaciones en su contra por acoso sexual y comentarios denigrantes hacia las mujeres. Desde su primera marcha, el movimiento ha crecido en visibilidad y número de participantes, así como en el apoyo a la defensa de derechos fundamentales, especialmente en el contexto del aborto y la protección de los derechos reproductivos.

La presidenta de la junta directiva de la marcha, Ginna Green, concluyó el comunicado de la convocatoria con un mensaje firme: “No nos rendiremos. Ahora es el momento de unirnos en torno a valores compartidos y luchar por un futuro justo. La historia nos dice que cuando luchamos, ganamos”.