Los devastadores incendios en Los Ángeles han dejado a numerosas familias migrantes mexicanas en una situación crítica, enfrentando la pérdida de sus hogares y pertenencias.
Los migrantes en Los Ángeles, California, en especial los indocumentados y los de bajos recursos, están entre los más vulnerables para encontrar un nuevo techo tras perder el suyo en los incendios.
Entre los afectados están Benjamín Domínguez Guevara, sus hermanos Alejandro y Teodoro, y su cuñado Marco Antonio López Fernández. Estos trabajadores de la construcción perdieron su hogar en Altadena tras el incendio Eaton. “Todo quedó en cenizas, desde nuestras herramientas hasta los recuerdos familiares”, relató Benjamín.
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Refugiados temporalmente en una construcción donde trabajan, enfrentan ahora la incertidumbre de encontrar un techo permanente. “Conseguir dónde vivir es lo que más necesitamos”, enfatizó Benjamín.
El problema se agrava con la especulación en los precios de alquiler, incluso en medio de una declaración de emergencia que limita aumentos al 10%. Viviendas similares a la que perdieron los Domínguez oscilan entre $2,995 y $6,500 mensuales, cifras fuera del alcance de muchos migrantes.
El Consulado de México en Los Ángeles ha implementado un plan de emergencia para apoyar a los afectados, incluyendo censos, presencia en refugios, y asesoría legal. Carlos González Gutiérrez, cónsul general, destacó que incluso los indocumentados con hijos nacidos en EE.UU. pueden acceder a recursos de FEMA.
“Nuestro objetivo es conectar a los afectados con la ayuda disponible, sin importar su estatus migratorio”, aseguró González.
Organizaciones como la Red Nacional de Jornaleros urgen a las autoridades a garantizar que los migrantes reciban apoyo adecuado, reconociendo su vulnerabilidad en esta crisis.
Mientras tanto, las familias mexicanas afectadas buscan no solo reconstruir sus vidas, sino también encontrar estabilidad en un entorno donde la falta de vivienda y el aumento de precios amenazan con marginarlos aún más.
