La protesta exigió justicia por transfeminicidios y denunció la impunidad en el caso de Natalia Lane, víctima de un intento de transfeminicidio
Este 16 de enero de 2025, cerca de 30 activistas trans y personas aliadas se reunieron frente a las instalaciones del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCMDX), ubicadas en la colonia Doctores de la alcaldía Cuauhtémoc, para llevar a cabo una protesta cargada de dolor y exigencia de justicia. El evento fue encabezado por Natalia Lane, activista trans que fue víctima de un intento de transfeminicidio en 2022. La manifestación buscaba llamar la atención sobre la impunidad en los casos de transfeminicidio, particularmente el suyo, el cual aún no ha sido resuelto adecuadamente por las autoridades. La protesta se extendió por varias horas, convirtiéndose en una muestra de frustración y desesperación ante la falta de avances en la lucha por los derechos de las personas trans.
El conflicto comenzó cuando un grupo de manifestantes, liderado por Lane, llegó al recinto judicial alrededor del mediodía para exigir que se esclarecieran los casos de transfeminicidio en la capital, y particularmente el caso de Natalia. La activista trans denunció que, en su caso, las autoridades judiciales estaban promoviendo la impunidad al otorgar un amparo al presunto agresor, Alejandro “N”, un hombre acusado de intentar asesinarla en enero de 2022. Lane relató cómo fue atacada por Alejandro en un hotel de la colonia Portales, en la Ciudad de México, donde él la apuñaló con una navaja. El ataque, que también dejó heridos a tres empleados del hotel, fue inicialmente tratado como un intento de feminicidio, pero la inclusión de una perspectiva de género en la investigación permitió que el caso fuera considerado como un transfeminicidio.
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Sin embargo, a pesar de la gravedad del crimen, en junio de 2024, una jueza de la Ciudad de México, Ruby Celia Castellanos Barradas, otorgó un amparo a Alejandro “N”, permitiéndole enfrentar el proceso judicial en arraigo domiciliario en lugar de permanecer en prisión preventiva. Esta decisión causó una fuerte indignación en la comunidad trans, quienes acusan a la jueza de ser cómplice de la impunidad que se vive en casos de violencia transfóbica.
La manifestación se intensificó cuando varios miembros de otro colectivo, el “Colectivo Nacional No Más Presos Inocentes”, llegaron al lugar para defender a Alejandro “N”, argumentando que era inocente y rechazando la versión de los manifestantes trans. Este choque ideológico entre los dos grupos generó una atmósfera de tensión que rápidamente se transformó en violencia. Los activistas trans comenzaron a romper cristales y puertas con martillos, además de pintar las paredes del PJCMDX con mensajes como “Poder Judicial transfeminicida”, “Justicia”, “Asesino”, y “Ni una muerta más”, en referencia a las mujeres trans asesinadas sin que se haga justicia.
En medio de la protesta, que también fue apoyada por personas que habían perdido a sus seres queridos debido a transfeminicidios no resueltos, Natalia Lane tomó la palabra para expresar su hartazgo ante la falta de respuesta del sistema judicial a la violencia hacia las personas trans. “Si yo muero el día de mañana, tus manos van a estar manchadas de sangre”, exclamó en referencia a la jueza Castellanos, señalando que su decisión de permitir que el agresor saliera de prisión era una muestra de que el Poder Judicial no estaba interesado en brindar justicia a las víctimas trans. Lane también destacó la revictimización que ha sufrido desde el ataque, incluyendo la falta de acompañamiento adecuado por parte de las autoridades y la estigmatización a la que ha sido sometida en el proceso judicial.
La protesta se extendió por varias horas, y en un momento dado, los manifestantes lograron acceder al primer cerco de seguridad del PJCMDX, donde continuaron con las pintas y destruyeron más mobiliario. Durante el enfrentamiento, las fuerzas de seguridad del edificio utilizaron extintores para repeler a los manifestantes, cubriéndolos de polvo y generando una situación de caos. Mientras tanto, las consignas de “Justicia” y “Ni una muerta más” se oían constantemente en los alrededores del edificio.
El caos alcanzó su punto culminante cuando los activistas trans, entre ellos Consuelo, madre de Vanessa, una mujer trans asesinada en 2024, ingresaron al edificio Juan Álvarez Hurtado, en un acto de protesta por la falta de avances en el caso de su hija. Consuelo denunció que su hija fue asesinada en febrero de 2024 por Alexis “L”, pero a casi un año del crimen, el caso sigue sin sentencia. “Mi hija va a cumplir ya un año de muerta, no saben el daño que nos hicieron mental y moralmente. Mis hijos, mis nietos, todos quedaron muy mal. La carpeta está incompleta”, manifestó la madre con evidente dolor.
A las 15:00 horas, después de varias horas de disturbios, la situación fue controlada por un operativo de seguridad encabezado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, quienes resguardaron las instalaciones del PJCMDX y evitaron que los manifestantes accedieran a otras áreas del edificio. No se reportaron detenidos tras los enfrentamientos.
Antes de retirarse, los activistas guardaron un minuto de silencio en honor a las víctimas de transfeminicidio y feminicidio que aún no han recibido justicia. Durante este momento solemne, Natalia Lane se dirigió a los presentes y recalcó la importancia de continuar luchando por los derechos de las personas trans y por un sistema judicial que verdaderamente garantice justicia y reparación para las víctimas de violencia transfóbica. En sus palabras, enfatizó que la protesta no se detendría hasta que el Poder Judicial de la Ciudad de México actuara con responsabilidad y se comprometiera a investigar y sancionar los transfeminicidios con la urgencia que este tema requiere.