La Fiscalía de la CDMX concluye que la doctora Indira Gallegos se quitó la vida debido a una ruptura amorosa y un trastorno de bipolaridad.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México concluyó que la doctora Indira Gallegos, residente del Centro Médico Nacional Siglo XXI, falleció por suicidio. Este caso ha generado polémica y conmoción en diversos sectores de la sociedad.
Originaria de Chihuahua, Gallegos fue reportada como desaparecida el pasado 9 de enero y encontrada sin vida dos días después, en un inmueble ubicado en la colonia Santa María la Ribera, en la Ciudad de México.
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Según la necropsia, la doctora falleció por “edema e infartos pulmonares”, y en el lugar del hallazgo se encontraron jeringas y un frasco con fentanilo y paroxetina sobre el tocador, lo que apuntó a una sobredosis. De acuerdo con información del periodista Antonio Nieto, el fentanilo habría sido sustraído por la propia doctora del Hospital Siglo XXI, donde trabajaba como residente.
La Fiscalía indicó que el suicidio estuvo motivado por una reciente ruptura amorosa, aunada al trastorno de bipolaridad que Gallegos padecía. Estos factores habrían sido determinantes en el desenlace fatal.
Indira Gallegos, de tan solo 30 años, será trasladada a su estado natal, Chihuahua, donde su familia llevará a cabo los servicios funerarios.
Este caso pone nuevamente sobre la mesa la importancia de la salud mental y el impacto de los trastornos emocionales en profesionales de la salud, quienes enfrentan elevados niveles de estrés y presiones en su trabajo diario. Asimismo, destaca la necesidad de mejorar el acceso a apoyo psicológico y psiquiátrico en entornos laborales y sociales.
La noticia ha desatado un debate sobre la responsabilidad institucional y las medidas preventivas que podrían implementarse para evitar tragedias similares, especialmente en sectores profesionales tan exigentes como el médico.
