El tenista serbio admite que aún experimenta “cierto trauma” al pasar por el control de inmigración en Australia, tras su deportación en 2022, pero asegura que no guarda resentimientos.
El tenista serbio Novak Djokovic ha reconocido que aún siente “cierto trauma” cada vez que llega a Australia, país al que regresa en unos días para disputar el Abierto de Australia 2024, el primer ‘Grand Slam’ de la temporada. Esta sensación está vinculada a su controvertida deportación en 2022, cuando fue detenido en un hotel de inmigración tras llegar al país sin estar vacunado contra el coronavirus.
El Ministro de Inmigración australiano anuló su visado, argumentando que la presencia de Djokovic en el país podría avivar el sentimiento antivacunas, lo que llevó a su deportación y a una prohibición de solicitar visado durante tres años. Sin embargo, el serbio impugnó exitosamente esta prohibición y pudo regresar a Australia en 2023, donde se coronó campeón del torneo.
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En una entrevista para el Herald Sun, Djokovic, de 37 años, confesó cómo se siente al regresar al país: “Tengo cierto trauma, para ser franco. Las dos últimas veces que aterricé en Australia, al pasar por el control de pasaportes e inmigración… Tuve un pequeño trauma hace tres años”. El tenista explicó que aún siente cierta inquietud cuando pasa por el control de pasaportes: “La persona que comprueba mi pasaporte, ¿va a llevarme, a detenerme de nuevo o a dejarme marchar? Debo admitir que tengo esa sensación”.
A pesar de esta experiencia, Djokovic insistió en que no guarda “ningún resentimiento” ni “rencor” hacia Australia. En relación con su victoria en el Abierto de Australia 2023, donde ganó su 22° título de Grand Slam, el serbio expresó que fue una de las victorias más emotivas de su carrera, ya que estuvo rodeado por su familia y equipo, y el título representó una gran victoria personal tras todo lo ocurrido el año anterior.
Con 10 títulos en el Abierto de Australia, Djokovic es el tenista masculino con más trofeos en este torneo y, en este 2024, aspira a ganar su 25° Grand Slam, consolidando aún más su legado en el tenis mundial.