La presidenta de México destacó tensiones por la reforma judicial y la detención del narcotraficante Ismael “Mayo” Zambada, señalando una relación distante hacia el final de su mandato.
Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, abordó los desencuentros clave que marcaron la relación entre el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) y el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, quien concluyó su misión diplomática en México este lunes.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum detalló que las tensiones surgieron en los últimos meses de la administración de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, y se centraron en dos temas: la reforma judicial impulsada por el Gobierno mexicano y la controvertida detención de Ismael “Mayo” Zambada en territorio estadounidense.
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La presidenta subrayó que el primer desencuentro se originó por los comentarios públicos de Salazar sobre la reforma judicial en México.
“Un día lo aplaudió y al otro lo reprobó. No sabíamos realmente cuál era su posición”, expresó Sheinbaum, cuestionando la pertinencia de las declaraciones del embajador sobre un asunto interno de México.
Sheinbaum enfatizó que la reforma judicial es un tema soberano y que ningún embajador tiene derecho a interferir en las políticas internas del país.
El segundo punto crítico, según Sheinbaum, ocurrió cuando López Obrador suspendió temporalmente la relación directa con el embajador Salazar tras la detención de Ismael “Mayo” Zambada en un aeropuerto de Nuevo México.
“No ha quedado claro cuál fue la participación de Estados Unidos en esa operación, y el tema central no es solo la persona detenida, sino hasta dónde llegó la injerencia de Estados Unidos en territorio mexicano”, señaló la mandataria.
Este incidente generó tensiones significativas en la relación diplomática, aunque Sheinbaum aclaró que no afectó las relaciones bilaterales en su conjunto.
Ken Salazar, quien asumió el cargo de embajador en 2021 bajo la administración de Joe Biden, se despidió del país con un mensaje en el que destacó los logros de su gestión y defendió su enfoque durante su mandato.
“No me arrepiento de nada. Me voy mejor, sintiéndome que llevamos un trabajo fuerte y bueno, que se debía llevar entre los dos países con más frecuencia”, declaró Salazar en su última rueda de prensa.
El diplomático resaltó su compromiso con la cooperación entre México y Estados Unidos, recordando las más de 120 visitas realizadas a los 32 estados del país y la consolidación de América del Norte como una potencia económica.
Con la salida de Salazar, el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero, ha nominado al coronel retirado Ronald Johnson como embajador en México.
El nuevo representante, pendiente de aprobación por el Senado estadounidense, enfrentará el desafío de gestionar una relación bilateral marcada por temas como la migración, el narcotráfico y la cooperación económica.
Sheinbaum expresó su esperanza de que la relación con el nuevo embajador sea constructiva y respetuosa, reiterando el compromiso de México con el diálogo y la cooperación internacional basada en el respeto mutuo.