El ataque terrorista que conmocionó al mundo sigue siendo un recordatorio de la importancia de defender la libertad de expresión; Charlie Hebdo mantiene su lucha desde un lugar secreto.
Este 7 de enero se cumplen diez años del atentado contra la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo, un ataque que dejó 12 muertos y marcó profundamente a Francia y al mundo entero. Con el lema “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), millones de personas mostraron su solidaridad tras un acto que puso en debate la libertad de expresión frente al respeto a las religiones.
El ataque fue perpetrado por los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, vinculados a Al Qaeda, quienes irrumpieron armados con fusiles de asalto en las oficinas de la revista el 7 de enero de 2015. En menos de 10 minutos, asesinaron a ocho trabajadores, entre ellos cinco destacados caricaturistas, además de un policía y un conserje. Durante su huida, mataron a otro policía antes de atrincherarse en una imprenta, donde murieron dos días después tras un operativo policial.
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El atentado generó una ola de indignación y solidaridad mundial. El lema “Je suis Charlie” se convirtió en un símbolo global de apoyo a las víctimas y de defensa de la libertad de expresión. Más de cuatro millones de personas marcharon en Francia, incluida una masiva manifestación en París el 11 de enero, liderada por el entonces presidente François Hollande y líderes internacionales.
Pese al atentado y las amenazas constantes, Charlie Hebdo sigue operando desde un lugar secreto, protegido por medidas de seguridad extremas. La revista continúa su línea editorial irreverente y crítica hacia todas las religiones y el poder político.
En conmemoración del aniversario, publicará un número especial de 32 páginas con caricaturas inéditas sobre religiones, resultado de un concurso internacional. Este gesto, según su redactor jefe Gérard Biard, es una muestra de su “compromiso de seguir trabajando” a pesar de las adversidades.
Además, en diciembre publicaron el libro “Charlie Liberté. Le journal de leur vie”, un homenaje a los ocho colegas asesinados, que repasa sus contribuciones al periodismo satírico.
El dibujante Riss, uno de los sobrevivientes, asegura: “El placer de dibujar es más fuerte que el miedo”, una frase que resume la determinación del equipo.
El atentado contra Charlie Hebdo marcó el inicio de una serie de ataques terroristas en Francia. Solo un día después, Amedy Coulibaly, un amigo de los Kouachi, asesinó a una policía y atacó un supermercado judío en París, dejando cuatro muertos.
Los meses siguientes fueron sombríos, con varios intentos de atentados y el trágico ataque múltiple del 13 de noviembre de 2015, donde comandos yihadistas asesinaron a 130 personas en París, incluyendo las terrazas de cafés y la sala de conciertos Bataclan. En 2016, otro atentado en Niza durante el 14 de julio dejó 86 muertos al ser embestidos por un camión.
Diez años después, el legado de Charlie Hebdo sigue siendo un recordatorio de la lucha por la libertad de expresión y el costo de defenderla en un mundo dividido entre laicidad y fanatismo.
