Seúl vive una jornada de protestas masivas por el arresto del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol

Miles de personas se manifestaron este sábado en la capital surcoreana, generando enfrentamientos violentos y caos en el tráfico debido al intento de arresto del presidente Yoon Suk-yeol.

Este sábado, Seúl fue escenario de intensas manifestaciones a favor y en contra del arresto del presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, generando caos en el tráfico y aumentando las tensiones en la ciudad. En la céntrica plaza de Gwanghwamun, alrededor de 35,000 personas se reunieron para protestar contra los intentos de arresto del mandatario, luego de su fallida declaración de ley marcial el pasado 3 de diciembre.

La misma plaza también acogió a manifestantes que exigían la destitución permanente de Yoon, quien fue inhabilitado por el Parlamento el 14 de diciembre y ahora está a la espera de una decisión del Tribunal Constitucional que podría restituirlo o cesarlo definitivamente.

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Después de la protesta en Gwanghwamun, los manifestantes pro-Yoon se desplazaron hacia la residencia presidencial en Hannam, donde se produjeron enfrentamientos con los sindicalistas que también habían convocado una marcha contra el presidente. Estos intentaron romper el cerco policial y avanzar hacia la residencia, lo que resultó en enfrentamientos violentos y la detención de dos personas.

El conflicto también afectó gravemente el tráfico en la zona de Hannam, y la línea 6 de metro suspendió temporalmente su servicio en la estación más cercana a la residencia presidencial para evitar aglomeraciones.

Los enfrentamientos de este sábado ocurren tras el fracaso del operativo de la oficina anticorrupción, que había intentado arrestar a Yoon el viernes para interrogarlo sobre la ley marcial. El Servicio de Seguridad Presidencial (PSS) impidió el acceso de los investigadores, generando una confrontación que duró varias horas.

Se espera que los investigadores intenten nuevamente arrestar a Yoon este domingo, ya que la orden de arresto expira el lunes. Mientras tanto, los abogados de Yoon están luchando por anular la orden de arresto, argumentando que solo la Fiscalía tiene la autoridad para solicitar la detención de un presidente surcoreano por insurrección, delito por el que Yoon no es inmune.

En Corea del Sur, los líderes de un movimiento de insurrección pueden ser condenados a cadena perpetua o incluso a pena capital, aunque esta última no se aplica desde hace casi 40 años.

Si el arresto se lleva a cabo, el equipo encargado del operativo contará con 48 horas para interrogar a Yoon y podría solicitar una extensión de la detención si lo consideran necesario.