Activistas y sacerdotes denuncian que la política migratoria de México está impidiendo el paso de migrantes hacia el norte, con nuevas barreras y dispersión de caravanas hacia el sur del país.
La frontera sur de México se ha convertido en un obstáculo crucial para los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, según denuncian activistas y sacerdotes de la región. El incremento de las medidas migratorias por parte del gobierno mexicano ha dificultado aún más el paso de miles de personas, quienes buscan llegar al norte del continente ante las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de endurecer las políticas migratorias.
Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana (CDH), señaló que las autoridades mexicanas están dispersando a los migrantes a varias ciudades dentro del país como Tapachula y Tuxtla Gutiérrez en Chiapas, Villahermosa en Tabasco, Mérida en Yucatán, y Chetumal en Quintana Roo. Según García Villagrán, el objetivo es evitar que los migrantes lleguen a la Ciudad de México, pues el gobierno mexicano ha instruido no dejar pasar a los migrantes hacia el norte.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
“Las autoridades mexicanas han establecido tres puntos de control que dificultan el paso hacia el norte. El primer tapón es el río Suchiate, que marca la frontera con Guatemala; el siguiente es Tapachula y el Corredor Transístmico entre Salina Cruz y Coatzacoalcos; y el último se encuentra en Puebla, donde el paso de Cortés es muy complicado”, explicó el activista.
El número de migrantes que intentan cruzar la frontera sur de México continúa creciendo, y las caravanas migrantes se están convirtiendo en un fenómeno recurrente. La primera caravana migrante del año 2025 partió el 1 de enero de Tapachula, con aproximadamente 1,500 personas que buscan llegar a Estados Unidos antes de la investidura de Donald Trump, quien ha amenazado con imponer un arancel del 25 % a los productos mexicanos si no se frena la migración irregular hacia el norte.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó el 2 de enero que las caravanas ya no llegan a la frontera norte, pues el gobierno ofrece opciones en el sur, como empleo, refugio o el retorno a sus países de origen.
El párroco Martín Moreno, quien se desempeña en la iglesia de San Agustín en Tapachula, expresó su temor de que la situación empeore tras la llegada de Trump, advirtiendo que las barreras legales para los migrantes aumentarán.
“La llegada de Trump significará más obstáculos. Ya no se permitirá que los migrantes busquen refugio o la regularización de su estatus migratorio. Esta situación solo empeorará para aquellos que ya están varados en Tapachula”, lamentó el sacerdote.
Aunque el encuentro de migrantes indocumentados en la frontera de Estados Unidos ha disminuido en un 75 % en 2024, las autoridades mexicanas han registrado un aumento del 132 % en la detección de migrantes irregulares entre enero y agosto de 2024, alcanzando más de 925,000 personas.
El párroco Moreno también destacó que los migrantes no están permaneciendo en la frontera sur y que muchos de ellos están emprendiendo viajes sin papeles. Esta semana, por ejemplo, dos caravanas migrantes de gran tamaño partieron de Tapachula con el objetivo de cruzar a Estados Unidos antes de que Donald Trump asuma el cargo.
En Tapachula, actualmente se estima que alrededor de 30,000 migrantes se encuentran varados, a la espera de que sus trámites migratorios sean resueltos. Migrantes como Wilmer Omar Cortés, originario de Honduras, viven en condiciones precarias mientras esperan poder regularizar su estatus.
“El gobierno nos ayuda con dinero para pagar la renta y la comida, pero muchos de nosotros estamos aquí esperando papeles porque estamos en trámite. Algunos migrantes quieren irse por la llegada de Trump, pero sabemos que podrían ser deportados si tienen antecedentes criminales”.
La situación en la frontera sur de México es cada vez más difícil, tanto para los migrantes como para las autoridades que enfrentan presiones internas y externas debido a las políticas migratorias más estrictas y las amenazas provenientes de Estados Unidos.