Cinco nuevos proyectos políticos con ideologías que van desde el progresismo hasta la extrema derecha, impulsados por viejos liderazgos, intentarán obtener su registro como partidos políticos ante el INE, aunque analistas advierten sobre la dificultad de competir contra la hegemonía de Morena y sus aliados.
El panorama político mexicano se prepara para la llegada de nuevos partidos políticos en 2025, impulsados por figuras conocidas de la política nacional. Sin embargo, el politólogo Fernando Dworak, del ITAM, advirtió que estos nuevos proyectos, que abarcan desde el progresismo hasta la extrema derecha, difícilmente podrán disputar la supremacía electoral que actualmente tiene el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) junto a sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT).
Los proyectos que buscan registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE) incluyen el impulso de la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez, quien ha ganado seguidores en la pasada contienda electoral, y el Frente Cívico Nacional (FCN), encabezado por Guadalupe Acosta Naranjo, que ha trazado su propio camino para convertirse en un partido de carácter nacional.
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En el espectro de la derecha, el proyecto de México Republicano, promovido por Juan Iván Peña Neder, se inspira en la ideología del Partido Republicano de los Estados Unidos, mientras que el activista católico Eduardo Verástegui busca consolidar el Partido Conservador con su movimiento Viva México, tras su fallido intento de postularse como candidato independiente a la presidencia en 2024. También, Jesús Zambrano, exlíder del PRD, anunció su plan para reorganizar los 13 partidos locales del sol azteca en una nueva fuerza política nacional.
Dworak: “La política mexicana sigue dominada por la vieja clase política” Dworak Camargo señaló que muchos de estos nuevos movimientos son promovidos por viejos líderes políticos, los cuales, en lugar de retirarse, siguen buscando mantenerse dentro del poder. Para el analista, la falta de rostros nuevos hace que estos proyectos enfrenten una barrera difícil de superar, dado que los votantes perciben a estos personajes como parte de la “oposición moralmente derrotada” o como parte de la “mafia del poder”.
El politólogo también advirtió que la falta de una alternativa clara y atractiva podría seguir favoreciendo el dominio de Morena, que tiene un fuerte apoyo en la base popular debido a la identificación con la Cuarta Transformación. En su opinión, la única posibilidad para los partidos de oposición podría estar en el mediano plazo, si logran construir una opción verdaderamente diferente, especialmente desde un espectro de derecha.
Para que estos nuevos partidos obtengan su registro ante el INE, deberán cumplir con requisitos como acreditar una base militante mínima de 0.26% del padrón electoral, lo que equivale a 256,029 ciudadanos mayores de edad. Además, deberán realizar asambleas en al menos 20 entidades federativas o 200 distritos electorales, con la participación de miles de afiliados.
El proceso para obtener el registro de nuevos partidos comenzará en enero de 2025 y, si logran cumplir con los requisitos, podrían participar como partidos en las elecciones federales de 2027, sin necesidad de aliarse con partidos existentes.
Entre los nuevos movimientos, el FCN se presenta como un proyecto progresista, con participación de figuras como Cecilia Soto y Emilio Álvarez Icaza. A pesar de las negociaciones con los simpatizantes de Xóchitl Gálvez, los xochilovers seguirán su propio camino para formar un nuevo instituto político.
Por otro lado, el movimiento de extrema derecha Viva México está ganando terreno, con Eduardo Verástegui a la cabeza, quien ha señalado que México necesita un verdadero partido conservador que represente sus ideales de derecha. Asimismo, México Republicano, con una base de simpatizantes ligados a la política de Donald Trump, también buscará posicionarse como una fuerza política nacional.
El exlíder del PRD, Jesús Zambrano, también ha dado señales de que en 2025 buscará la reconfiguración de su partido, con la intención de formar un movimiento progresista que represente a la ciudadanía, aunque sin la imagen del PRD tradicional.
A pesar de la intención de cambiar el panorama político, Dworak ve como poco probable que estos nuevos partidos logren arrebatarle el apoyo a los grandes actores como el PRI y el PAN, aunque estos dos partidos atraviesan una crisis interna. Según el politólogo, ambos partidos podrían reconfigurarse para mantener su relevancia en el escenario político. El PRI, con una crisis de militantes, y el PAN, con dificultades para posicionarse en el espectro de la derecha, podrían ser superados por nuevas alianzas o movimientos dentro de sus estructuras.
El camino para estos nuevos proyectos políticos no será sencillo, y la competencia será fuerte, especialmente por parte de un Morena que continúa con un dominio total de la política nacional. Sin embargo, la dinámica política de los próximos años podría llevar a un reconfiguramiento de los partidos tradicionales, lo que dará paso a una revalorización de los nuevos movimientos.
