La presidenta de México asegura que las frecuencias licitadas por el IFT no serán entregadas y que tomará medidas legales.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, criticó fuertemente la reciente licitación de más de 2,400 frecuencias de radio realizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), señalando que fue un intento de un “albazo” al tratarse de un proceso llevado a cabo justo antes de la extinción del organismo. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum afirmó que el gobierno mexicano tomará las acciones legales necesarias para frenar la licitación y aseguró que las frecuencias no serán entregadas a los concesionarios.
La mandataria explicó que la responsabilidad sobre el espectro radioeléctrico es del Estado mexicano, y no de un grupo de funcionarios del IFT, quienes, según dijo, intentaron realizar esta acción sin considerar el proceso de reconfiguración del regulador. “No se puede permitir eso”, declaró Sheinbaum, añadiendo que el IFT no tiene atribuciones para continuar con la licitación luego de la publicación del decreto que marca su extinción.
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En su intervención, José Antonio Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital, subrayó que esta licitación carece de la debida diligencia jurídica y que se lleva a cabo en medio de un proceso de transformación del IFT, lo que no da certeza jurídica ni al Estado ni a los futuros concesionarios de las frecuencias. Merino también criticó que la licitación no esté alineada con los objetivos de cobertura social establecidos en la Constitución, como el acceso a internet en zonas marginadas o rurales.
La presidenta Sheinbaum insistió que esta licitación no será aceptada, argumentando que el nuevo organismo regulador del espectro radioeléctrico, que asumirá las funciones del IFT, cancelará el proceso y garantizará que no se entregue ninguna frecuencia licitada bajo esos términos. Según Sheinbaum, esta situación refleja la falta de alineación del IFT con los intereses nacionales y las necesidades sociales del país.
Este enfrentamiento entre el gobierno federal y el IFT refleja las tensiones en torno a la reconfiguración del regulador y los cambios en la gestión del espectro radioeléctrico, que son fundamentales para el desarrollo de la infraestructura digital y las comunicaciones en México. Con este ajuste, Sheinbaum busca asegurar que la nueva regulación esté orientada a cumplir con los intereses nacionales y los derechos de la población, particularmente en áreas rurales y marginadas, donde el acceso a internet sigue siendo limitado.
