Dulce recibirá esté viernes su último adiós en la Basílica de Guadalupe

La cantante mexicana murió el 25 de diciembre a causa de complicaciones derivadas del cáncer de pulmón, dejando un legado musical inolvidable.

El mundo de la música y el espectáculo está de luto tras la triste partida de la cantante Dulce, quien falleció el 25 de diciembre a los 69 años debido a complicaciones del cáncer de pulmón que padecía. La noticia ha conmovido profundamente a sus seguidores y colegas, quienes la recuerdan por su inconfundible voz y grandes éxitos como “Tu muñeca”, “Aún lo amo”, “Soy una dama” y “Déjame volver contigo”.

Dulce, cuyo nombre real era Bertha Elisa Noeggerath Cárdenas, había ingresado al hospital hace tres semanas, pero su diagnóstico fue mantenido en reserva por su familia, lo que mantuvo en vilo a sus fans. La artista, conocida por su potente y melódica voz, luchó con valentía hasta sus últimos días, pero lamentablemente no logró vencer la enfermedad.

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En respeto a su privacidad, la familia de Dulce optó por no realizar servicios funerarios públicos. En cambio, la incineración de la cantante se llevó a cabo de manera privada el día siguiente a su deceso, el 26 de diciembre. Además, su familia solicitó comprensión y respeto en este doloroso momento, pidiendo que los medios de comunicación y los fans entendieran el deseo de intimidad durante este proceso tan personal.

Para despedir a la intérprete, se ha organizado una misa póstuma este viernes 17 de diciembre en la Basílica de Guadalupe, donde familiares y amigos cercanos rendirán homenaje a la artista que dejó una huella imborrable en la música mexicana.

En sus últimas horas, Dulce estuvo acompañada por su hija Romina, quien fue una gran fuente de apoyo, así como su amigo cercano Iván Cochegrus, quien compartió detalles de su visita el 24 de diciembre. Durante ese encuentro, Dulce expresó su miedo a la muerte, a pesar del esfuerzo por mantener una actitud positiva frente a su hija. Según Iván, la cantante fue optimista hasta el final, pero en su intimidad confesó su temor ante lo inevitable.

La partida de Dulce deja un vacío profundo en la música mexicana, pero su legado continuará vivo en las melodías que marcaron a generaciones enteras.