Estados Unidos es el principal usuario del Canal de Panamá. Lo construyó y administró hasta su traspaso a Panamá el 31 de diciembre de 1999.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado polémica con sus declaraciones sobre el Canal de Panamá, calificando de “exorbitantes” sus tarifas y advirtiendo sobre la supuesta influencia china en esta estratégica vía interoceánica. Las declaraciones han provocado reacciones en Panamá y han encendido el debate sobre las intenciones reales del líder republicano.
Según analistas, las críticas de Trump no solo buscan presionar a Panamá, sino también enviar un mensaje claro a Latinoamérica: alinearse con los intereses de Estados Unidos en el contexto de la creciente rivalidad comercial con China.
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Estrategia anti-China: Trump ha señalado los vínculos de los puertos panameños con Hutchison Wampoa, una empresa con sede en Hong Kong, como una posible injerencia. Sin embargo, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) opera de manera independiente, sin relaciones financieras con China.
Posicionamiento geopolítico: Para Eddie Tapiero, analista panameño, el gabinete de Trump está compuesto por figuras con posturas anti-China, lo que coloca a Panamá en una posición delicada al estar en medio de esta disputa.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, reafirmó la soberanía de Panamá sobre el canal, asegurando que ninguna potencia, incluida China, tiene control directo o indirecto sobre la vía.
En cuanto a las tarifas, Mulino defendió que estas son el resultado de audiencias abiertas con los principales usuarios, entre ellos Estados Unidos, y están destinadas a cubrir costos operativos y modernización.
Trump también podría estar utilizando el tema del canal para negociar acuerdos migratorios con Panamá. En su primer mandato, ya había propuesto que el país centroamericano acogiera a migrantes en tránsito hacia Estados Unidos, algo que Panamá rechazó.
Crisis migratoria; miles de migrantes irregulares cruzan Panamá cada año en su camino al norte. Trump podría intentar reactivar esta propuesta como parte de una negociación más amplia, aunque expertos advierten que una solución unilateral estaría destinada al fracaso.
El conflicto por el canal no se reduce a tarifas o migración; es parte de una estrategia más amplia de Trump para reforzar la influencia estadounidense en la región y enfrentar a China. Mientras Panamá busca mantener una relación respetuosa con Estados Unidos, la situación refleja la compleja interacción entre geopolítica, comercio y soberanía nacional.
El desafío para Panamá será encontrar un balance que preserve su independencia y al mismo tiempo atienda las demandas de su principal socio comercial, Estados Unidos.