María Dolores Patrón, presidenta del colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo, encontró a su hija tras más de cuatro años de incertidumbre, cuando el cuerpo de Francisca Mariner Flores fue finalmente identificado en una morgue en Cancún.
María Dolores Patrón pasó más de cuatro años y medio buscando a su hija, Francisca Mariner Flores, cuyo cuerpo permaneció sin identificar en una morgue de Cancún. El caso subraya la crisis forense que afecta a México, donde el gobierno estima que existen alrededor de 52,000 cuerpos sin identificar, reflejando un serio problema de negligencia en las investigaciones sobre desapariciones.
La historia comenzó en julio de 2020, cuando Francisca, quien fue asesinada de un balazo en la cabeza y luego calcinada, fue arrojada a un predio baldío. Aunque su madre sospechaba que su hija era una de las seis mujeres no identificadas en la morgue, no fue hasta más de dos años después que las pruebas genéticas se realizaron, luego de una larga lucha con la fiscalía.
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Patrón, quien había presionado insistentemente a las autoridades, llevó incluso a su nieta para que se realizaran las pruebas, ya que las iniciales habían arrojado resultados negativos. “Siempre me decían que ‘no, todavía no había y no había’, hasta que hace dos meses se me ocurre decirles que quería yo llevar a mi nieta”, comentó en entrevista. Su persistencia y determinación finalmente dieron frutos, y los nuevos estudios confirmaron que el cuerpo encontrado en la morgue era efectivamente el de su hija.
El caso de Francisca Mariner es solo un ejemplo de la crisis de desapariciones que atraviesa México, un país donde más de 120,000 personas siguen sin ser localizadas. La violencia de género es otra de las caras de esta crisis, con 10 mujeres asesinadas cada día en el país. Este tipo de negligencia también está presente en otros casos, como el de William Hernández Zapata, cuya identidad también fue confirmada después de años de búsqueda, tras la presión del colectivo Madres Buscadoras.
Patrón, quien preside este colectivo, agradece el apoyo de los demás miembros, pero también critica la falta de acción y la lentitud de las autoridades. Tras la identificación de su hija, solicitó nuevos estudios genéticos para confirmar la identidad de Francisca. Fue solo con la intervención directa del fiscal Raciel López Salazar que los exámenes se realizaron de manera exhaustiva, finalmente confirmando la identidad de su hija.
La Fiscalía de Quintana Roo, al tomar conocimiento de la situación, anunció que se abriría una carpeta de investigación contra funcionarios de la administración anterior por presunta negligencia en la confronta de perfiles genéticos, lo que ha dado lugar a que muchos casos permanezcan sin resolver.
El sufrimiento de las madres que buscan a sus hijos en un sistema forense ineficaz es un recordatorio de la urgente necesidad de reformas en la gestión de las desapariciones y la identificación de cuerpos en México, donde las familias no solo enfrentan la tragedia de la pérdida, sino también la negligencia y la indiferencia del sistema.