La comerciante Sandra Corbelle considera que la tradición se ha perdido, pues años antes la demanda de estos productos comenzaba desde el 12 de diciembre
“La Esquina de las Ofertas”, es como se le conoce a una serie de locales instalados sobre los pasillos de entrada al Mercado República, mismos que lideran Sandra Corbelle y su familia, heredado tras generaciones, con una variedad de productos, entre los que sobresalen los de temporada para vestir al Niño Dios.
La comerciante compartió, que año tras año va a la baja la demanda en la adquisición de estos artículos de temporada decembrina y considera que esto es a causa de la pérdida de la tradición de tener a un Niño Dios en casa, situación que ha afectado en estos giros, pues mientras años antes las ventas repuntaban desde el 12 de diciembre, este 2024 se refleja una baja significativa.
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“Ahorita la verdad, yo creo que la venta está baja para todos, para mí un poquito por lo mismo de la venta del Niño Dios. Todos esperábamos que a partir del 12 de diciembre como ya es costumbre, se levantará la venta, pero ahorita si todavía está baja y ya a como estamos de fechas, no soy la única que está llena de mercancía, esperamos que todo esto se llegue a regularizar y a todos nos vaya muy bien”, comentó la señora Sandra, lamentando la situación actual.
En las contadas ventas que ha tenido en las últimas semanas, dijo que son personas adultas mayores las que encabezan este tipo de compras y quienes mantienen la tradición religiosa de arrullar al niño, para lo que en su negocio oferta desde el tradicional calzón para los niños, la sábana de arrullo e incluso pequeñas pijamas que con el tiempo han cambiado entre los hábitos.
“Ahora sí, que depende de la economía de cada persona, lo tradicional es el calzoncito la sabanita, ya ahorita los niños se están modernizado mucho, porque ya a veces usan la clásica pijamita, pero pues eso ahora sí que depende del bolsillo de la gente, pero lo más que se llevan, es el calzón y la sabana. Yo tengo el calzón del más pequeñito, es de 10 pesos hasta el grande de 25 pesos, no son precios muy caros, porque todavía mantenemos el precio del año pasado”, detalló.
“Antes nuestros papás nos decían o nos hacían seguir las tradiciones y todo eso se va perdiendo, yo quisiera que todos los papás tomaron conciencia y les inculquen a sus hijos estas mismas” … “ojalá en otros espacios también se tomarán un tiempo para poder inculcarles a los niños esto y que no se pierdan las tradiciones”, reflexionó la comerciante.