Biden conmuta sentencias de 37 condenados a muerte

El presidente de EE.UU. transforma la justicia federal a semanas de dejar el cargo

El presidente Joe Biden tomó este lunes una medida histórica al conmutar las sentencias de 37 personas condenadas a muerte a nivel federal, en un gesto que refuerza su compromiso con la justicia y los derechos humanos antes de concluir su mandato el 20 de enero. Según un comunicado de la Casa Blanca, todas las sentencias se transformarán en cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Esta acción se suma a las decisiones tomadas desde el inicio de su presidencia, cuando impuso una moratoria a las ejecuciones federales. Biden, quien ha defendido la reducción de delitos violentos y un sistema judicial más equitativo, declaró que solo casos relacionados con terrorismo o asesinatos masivos motivados por el odio podrían justificar la pena de muerte.

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“Con la conciencia tranquila, no puedo dar un paso atrás y permitir que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve”, afirmó Biden en el comunicado.

Durante su mandato, el presidente ha mostrado una inclinación inédita hacia el uso de indultos y conmutaciones. A principios de este mes, otorgó indultos categóricos a aproximadamente 1,500 personas, incluyendo aquellas condenadas por posesión de marihuana y exmilitares LGBTQI+ sancionados por su orientación sexual.

Entre los beneficiados por la decisión se encuentran Daniel Troya y Ricardo Sánchez Jr., condenados a muerte en 2010 por un cuádruple homicidio en Florida vinculado al narcotráfico. También Jorge Ávila-Torrez, pandillero de la Mara Salvatrucha condenado por múltiples asesinatos, y Edgar Baltazar García, responsable de un homicidio en una prisión de Texas.

“No se equivoquen: condeno a estos asesinos y lamento profundamente las pérdidas sufridas por las familias de las víctimas”, afirmó Biden. No obstante, reiteró su convicción de que la pena de muerte no debe ser una herramienta del sistema de justicia federal.

La medida no solo refleja un cambio en la política federal hacia la pena capital, sino también un intento de sentar precedentes que dificulten la reactivación de ejecuciones bajo futuras administraciones, particularmente la del presidente electo Donald Trump.

Biden busca consolidar un legado de clemencia y justicia restaurativa, transformando la política de condenas y reforzando su imagen como defensor de los derechos humanos. La decisión final de conmutar las sentencias a semanas de dejar el cargo marca un momento crucial en la historia de la justicia estadounidense, con implicaciones para el futuro del sistema judicial federal.