El Pontífice de 88 años busca cuidarse antes de la Navidad y el inicio del Jubileo 2025.
El Papa Francisco presidió este domingo el rezo del Ángelus desde la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta, en lugar de hacerlo desde la tradicional ventana del Palacio Apostólico, debido a un resfriado que busca curar antes de las celebraciones navideñas.
En su mensaje retransmitido por la Santa Sede y proyectado en pantallas en la Plaza de San Pedro, el pontífice argentino, quien acaba de cumplir 88 años, inició con un saludo y una disculpa: “Queridos hermanos y hermanas, buenos días. Lamento no estar con ustedes en la plaza. Estoy mejorando, pero se deben tomar precauciones”.
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Sentado detrás de una mesa, con una figura del Niño Jesús realizada por artesanos ecuatorianos y obsequiada por el arzobispo de Santa Fe a su lado, el Papa habló sobre la maternidad y la infancia, recordando momentos de su juventud cuando veía a personas cediendo el asiento a mujeres embarazadas en el transporte público, gesto que calificó como “de esperanza y respeto”.
“Por favor, no seamos indiferentes a la presencia de las madres encinta, aprendamos a admirarnos de su belleza y bendigamos a las madres por el milagro de la vida”, exhortó Francisco, mientras alentaba a valorar la vida desde su concepción.
Este día, la Plaza de San Pedro reunió a cientos de personas, incluidos niños que acudieron con las tradicionales figuras del Niño Jesús, los llamados ‘bambinelli’, para recibir la bendición papal.
El Papa decidió evitar exponerse al frío invernal para recuperarse plenamente antes de las importantes celebraciones de la próxima semana, que incluyen la misa de Nochebuena y la inauguración oficial del Jubileo 2025 con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.
Esta decisión recuerda otros momentos en los que Francisco optó por liderar ceremonias desde la Casa Santa Marta, como durante la pandemia o en noviembre del año pasado, cuando también canceló actos públicos debido a un cuadro gripal.
Aunque ha mantenido su agenda en días recientes, Francisco reconoció en una audiencia que se encontraba “muy resfriado” y mostró señales de cansancio y voz ronca durante su tradicional mensaje a la Curia Romana.
Las celebraciones de Navidad y la apertura del Jubileo marcarán el inicio de un año clave para la Iglesia, donde el Papa busca fortalecer los valores de esperanza, perdón y unidad.
