La salida de Chrystia Freeland y una moción de censura del NPD complican el panorama del primer ministro canadiense.
En un intento por afrontar una profunda crisis política, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció este viernes una significativa remodelación de su gabinete, con el nombramiento de ocho nuevos ministros y la reorganización de carteras clave. La decisión llega tras la abrupta dimisión de la viceprimera ministra y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, que marcó un punto de inflexión en el Gobierno liberal.
Entre los cambios más destacados, se encuentran el nombramiento del veterano diputado David McGuinty como ministro de Seguridad Pública y la incorporación de dos diputadas de Quebec, Rachel Bendayan y Élisabeth Brière, quienes asumirán las carteras de Lenguajes Oficiales y Hacienda, respectivamente.
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Ontario y Quebec, las dos provincias más importantes para las aspiraciones del Partido Liberal de Trudeau en las elecciones de octubre, son el centro de esta remodelación. Trudeau busca reforzar su presencia en estas regiones, donde se definirá el futuro Gobierno.
Además, la ministra de Transportes, Anita Anand, asumirá nuevas competencias relacionadas con el Comercio Nacional, lo que refuerza su perfil dentro del Ejecutivo.
La salida de Freeland, quien era considerada una de las figuras más influyentes del gabinete, estuvo motivada, según fuentes cercanas, por los esfuerzos de Trudeau para incorporar al exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, Mark Carney, a su equipo. Sin embargo, a pesar de meses de negociaciones, Carney no ha sido incluido en esta remodelación.
La abrupta salida de Freeland ha dejado un vacío político importante y ha desencadenado tensiones internas en el Partido Liberal.
La situación se complica aún más con el anuncio del Nuevo Partido Democrático (NPD), que presentará una moción de censura para intentar derrocar al Gobierno y forzar elecciones anticipadas. El NPD, que hasta ahora mantenía a Trudeau en el poder con su apoyo parlamentario, representa el último sostén del Partido Liberal en la Cámara de los Comunes, donde está en minoría.
Desde la dimisión de Freeland el pasado lunes, Trudeau ha evitado los medios de comunicación, limitando sus apariciones públicas a eventos oficiales. Mientras tanto, el descontento dentro de las filas liberales crece, con un número cada vez mayor de diputados pidiendo la renuncia del primer ministro.
Aunque la remodelación del gabinete estaba planificada desde hace meses, la crisis actual plantea serias dudas sobre la capacidad del Partido Liberal para mantenerse en el poder hasta las elecciones programadas para octubre. Trudeau enfrenta una presión cada vez mayor no solo de la oposición, sino también de su propio partido.
La próxima semana será clave para definir si la moción de censura prospera, lo que podría precipitar el fin del mandato de Trudeau y adelantar el escenario electoral en Canadá.
