Una expedición científica en el bosque peruano del Alto Mayo, una región de alta biodiversidad influenciada por la presencia humana, ha descubierto 27 nuevas especies, incluyendo un ratón anfibio, un pez de cabeza abultada y una salamandra trepadora.
Una expedición científica realizada en la región del Alto Mayo, en la Amazonía peruana, ha revelado un impresionante descubrimiento de 27 nuevas especies de animales, entre ellas un ratón anfibio, un pez de cabeza abultada y una salamandra trepadora. La investigación, dirigida por Conservación Internacional, subraya la riqueza biológica del área, a pesar de la alta densidad poblacional y la influencia humana en la región.
Este hallazgo destaca especialmente el descubrimiento del ratón anfibio, una rareza en el mundo de los mamíferos. La nueva especie de pez con cabeza abultada también ha sorprendido a los científicos, aunque su función aún no se ha comprendido por completo. La expedición, que se llevó a cabo durante 38 días, identificó cuatro nuevos mamíferos, entre los que se incluyen también un murciélago, una ardilla y un ratón espinoso. Además, se hallaron ocho nuevas especies de peces, tres anfibios y doce insectos, destacándose 10 mariposas y 2 escarabajos.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
El área del Alto Mayo es conocida por su complejidad ecológica, que incluye desde las montañas de los Andes hasta la Amazonía, y alberga el Bosque Protector del Alto Mayo, un área protegida que forma parte de un mosaico de ecosistemas, comunidades indígenas y territorios humanos.
La investigación resalta la relevancia de gestionar de manera sostenible los ecosistemas en zonas con fuerte influencia humana, ya que el Alto Mayo ha demostrado ser un punto caliente de biodiversidad, incluso en un contexto donde los seres humanos están presentes. Trond Larsen, director del Programa de Evaluación Rápida de Conservación Internacional, calificó como “extraordinario” el hallazgo de cuatro nuevos mamíferos, dado que esta clase de descubrimientos es poco común.
Además, durante la expedición, los científicos documentaron 26 aves en peligro de extinción y 10 plantas amenazadas, incluidas orquídeas raras y flora que solo se encuentra en esta región específica de Perú. Estos hallazgos refuerzan la necesidad urgente de proteger y restaurar estos ecosistemas.
La expedición también registró 49 especies en peligro según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), como el mono choro de cola amarilla peruano y el mono titi de San Martín, ambos en peligro crítico de extinción, junto con varias especies de aves y ranas.
Para documentar tantas especies, los científicos utilizaron tecnologías avanzadas como cámaras trampa, sensores bioacústicos y ADN ambiental (eDNA) recolectado de muestras de agua. Estas herramientas permiten obtener una comprensión más completa de la biodiversidad en áreas complejas y difíciles de estudiar, como la región amazónica.
Larsen destacó que este conocimiento profundo sobre dónde viven las especies ayudará a identificar áreas prioritarias para conservación, así como zonas aptas para actividades sostenibles como ecoturismo, agricultura selectiva y recolección de recursos.
Los investigadores fueron acompañados en el campo por científicos peruanos de Global Earth y expertos locales de la Federación Regional Indígena de las comunidades Awajún, quienes aportaron valiosos conocimientos tradicionales sobre la flora y fauna del área.
El trabajo realizado en el Alto Mayo subraya la importancia de integrar el conocimiento científico y tradicional para garantizar la preservación de las especies en esta rica y diversa región. Los descubrimientos continúan, ya que los investigadores han identificado 48 especies adicionales que podrían ser nuevas para la ciencia, lo que representa una promesa de más sorpresas y avances en la conservación en la Amazonía peruana.
Este esfuerzo conjunto entre la ciencia, las comunidades locales y los organismos internacionales es clave para la protección de la biodiversidad en un entorno tan único y vulnerable como el del Alto Mayo.