¿El Vaticano en quiebra? Papa Francisco alerta un ‘grave desequilibrio’ en sus finanzas

Los análisis independientes encargados por el Vaticano subrayaron la necesidad de una reestructuración inmediata de sus finanzas

El Papa Francisco pidió una reforma urgente del fondo de pensiones del Vaticano ante lo que describió como un “grave desequilibrio” en sus finanzas, poniendo énfasis en la sostenibilidad a largo plazo. En una carta dirigida a cardenales y líderes de las oficinas del Vaticano en noviembre pasado, el pontífice subrayó la necesidad de “decisiones difíciles” y designó al cardenal Kevin Farrell como administrador especial del fondo.

“El sistema actual no puede garantizar a medio plazo el cumplimiento de las obligaciones de pensiones para las generaciones futuras”, escribió Francisco. Esta iniciativa se suma a una serie de medidas de austeridad implementadas previamente, como la reducción de salarios a cardenales y el recorte de beneficios.

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Dijo que los cambios incluirían “tomar decisiones difíciles que requerirán especial sensibilidad, generosidad y voluntad de sacrificio por parte de todos”.

Francisco nombró al cardenal Farrell, un prelado irlandés-estadunidense, que dirige la oficina del Vaticano para asuntos familiares desde 2016, para asumir el cargo de administrador del fondo.

El Papa ha expresado varias veces en los últimos meses una preocupación poco común sobre el presupuesto del Vaticano. En octubre, ordenó la tercera reducción en tres años para los paquetes salariales de los cardenales que dirigen el Vaticano. El sumo pontífice también tiene les preguntó perseguir una agenda de “déficit cero”.

El Vaticano no ha publicado una declaración presupuestaria completa en varios años, pero se sabe que enfrenta un grave déficit presupuestario. El zar de las finanzas del Vaticano estimó en 2022 que el pasivo neto del fondo de pensiones por prestaciones post-empleo ascendía a unos 631 millones de euros (664 millones de dólares).

La sede de la Iglesia Católica comprende dos entidades: la entidad soberana internacionalmente reconocida de la Santa Sede y el Vaticano, una ciudad-estado de 108 acres dentro de Roma.

Se mantienen presupuestos separados, y los ingresos de la Ciudad del Vaticano, incluidos los de los populares Museos Vaticanos, se han utilizado a menudo para tapar el déficit de la Santa Sede, que según los medios italianos ascendió a alrededor de 83 millones de euros (87 millones de dólares) el año pasado.

Los análisis independientes encargados por el Vaticano subrayaron la necesidad de una reestructuración inmediata. Sin embargo, la Asociación de Empleados Laicos del Vaticano exigió mayor claridad en las finanzas del fondo y expresó inquietudes sobre recortes adicionales.

“El Papa nos llama a sacrificarnos, pero los empleados ya enfrentan alquileres más altos y salarios sin ajustes”, declaró el sindicato. Estas reformas forman parte de un esfuerzo por lograr un “déficit cero” en las cuentas vaticanas tras años de déficit y mala gestión.

Los trabajadores laicos expresaron su preocupación, pidiendo que se publiquen los estados financieros del fondo.

“La falta de transparencia agrava la desconfianza”, declaró el sindicato, que representa a 700 empleados.