El París Saint Germain logró una victoria crucial por 2-4 en su visita al Mónaco, un partido que tuvo de todo: dominio inicial, remontada rival y una reacción en el último tramo para asegurar los tres puntos. Con este triunfo, el PSG refuerza su liderato en la Ligue 1, ampliando su ventaja a 10 puntos sobre el Marsella, segundo clasificado.
El partido comenzó con el PSG mostrando una gran intensidad. Tras un remate al poste y una excelente intervención del portero Kohn ante Bradley Barcola, el equipo de Luis Enrique abrió el marcador. A pesar de la lesión de Gianluigi Donnarumma, quien sufrió un golpe en la cara por un choque con Singo, el PSG se adelantó 0-1 gracias a un gol de Desire Doue, quien definió con calma después de un centro de Achraf Hakimi.
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El panorama parecía favorable para el PSG, pero la lesión de Donnarumma, sustituido por Matvey Safonov, introdujo algo de incertidumbre. Además, el Mónaco aprovechó un penalti cometido por Marquinhos, quien impactó el balón con la mano. Ben Seghir convirtió el penalti de manera impecable al minuto 53, empatando el marcador 1-1.
El Mónaco no se detuvo ahí y, al minuto 60, logró tomar la delantera 2-1 con un gol de Embolo, quien desvió un centro desde la izquierda de Akliouche, poniendo al PSG contra las cuerdas. Sin embargo, el equipo parisino mostró carácter y rápidamente reaccionó.
Apenas tres minutos después, Ousmane Dembele, quien había estado muy activo durante todo el partido, empató a 2-2 con un gol aprovechando un rechace en el área.
Este gol fue crucial para calmar los nervios del PSG y frenar la remontada del Mónaco. El partido seguía siendo muy intenso, pero la verdadera resolución llegó en el minuto 83. Gonçalo Ramos, quien había entrado al campo como sustituto de Doue, se hizo presente con un potente cabezazo que significó el 2-3, desatando la alegría en el PSG. Este gol fue la liberación que el equipo necesitaba, ya que consolidó la ventaja y sentenció el partido a su favor.
Ya en el tiempo añadido (minuto 97), Dembele volvió a marcar, esta vez de manera definitiva, sellando el 2-4 que reafirmó la superioridad del PSG. El gol también sirvió para darle más tranquilidad a un equipo que, pese a dominar gran parte del encuentro, sufrió en ciertos momentos debido a su falta de consistencia.
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