Atacan viviendas y comercios; autoridades aún no reportan víctimas.
La ciudad de Culiacán, Sinaloa, vivió nuevamente una jornada violenta durante la noche del 16 y la madrugada del 17 de diciembre. De acuerdo con reportes locales, varios inmuebles fueron atacados, incluyendo viviendas y una tienda de conveniencia, lo que mantiene a los habitantes de la capital sinaloense en un estado de constante preocupación. Las colonias Lázaro Cárdenas, Prados del Sur y Villa Bonita fueron las más afectadas, con casas baleadas e incendiadas, además de otros inmuebles dañados por actos de violencia que se registraron de forma simultánea en distintos puntos de la ciudad.
Uno de los hechos más alarmantes fue el incendio de una tienda Oxxo ubicada en la intersección de la carretera La 20 con la carretera Culiacán-El Dorado, donde los agresores habrían causado los daños en un ataque directo que se suma a una larga lista de incidentes violentos en la región. Los residentes de estas zonas afectadas reportaron a las autoridades los ataques, pero hasta el momento no se ha informado sobre víctimas mortales ni personas heridas, dejando a la población con más preguntas que respuestas acerca de la seguridad en su comunidad.
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Este nuevo episodio de violencia se da en un contexto de creciente inseguridad en Sinaloa, donde las pugnas entre facciones del Cártel de Sinaloa han generado una escalada de enfrentamientos y ataques. Desde septiembre, cuando se intensificaron los conflictos tras la detención de Ismael “El Mayo” Zambada en Estados Unidos, la entidad ha enfrentado un alarmante aumento de homicidios, enfrentamientos armados, desapariciones y delitos relacionados con el crimen organizado. Según datos recabados por Radio Fórmula, entre septiembre y diciembre se han registrado 552 homicidios dolosos, más de 60 balaceras y 425 privaciones de la libertad, además de un preocupante incremento en robos de vehículos y comercios.
Las cifras de violencia en Sinaloa no solo reflejan el impacto de las disputas internas del narcotráfico, sino también la falta de estrategias efectivas por parte de las autoridades para contener esta crisis. En los últimos tres meses, mil 754 automóviles han sido reportados como robados y se han registrado 672 robos a comercios, lo que evidencia un entorno de inseguridad generalizado que afecta tanto a la población como a los sectores económicos.
A pesar de los constantes hechos de violencia, las autoridades locales y federales no han emitido declaraciones respecto a los ataques más recientes. Ninguna instancia gubernamental ha proporcionado información sobre las investigaciones o posibles detenciones relacionadas con los incidentes ocurridos en la noche del 16 de diciembre. Este silencio institucional genera frustración entre la ciudadanía, que exige acciones contundentes para recuperar la paz en la región.
Los habitantes de Culiacán continúan enfrentando una ola de violencia que parece no tener fin. Los ataques de las últimas horas no solo representan un daño material para las personas afectadas, sino que también incrementan el temor colectivo en una ciudad que ha sido testigo de innumerables episodios de enfrentamientos y agresiones vinculadas al crimen organizado. La falta de claridad y de respuestas por parte de las autoridades refuerza la sensación de abandono entre los ciudadanos, quienes enfrentan diariamente la incertidumbre de vivir en una región marcada por la inseguridad y el peligro constante.