La inesperada dimisión de la mano derecha de Trudeau, Chrystia Freeland, ha sacudido al gobierno canadiense, con llamados a la renuncia del primer ministro.
La política canadiense se vio sacudida el lunes por la sorpresiva dimisión de Chrystia Freeland, quien hasta ese momento ocupaba el cargo de ministra de Finanzas y viceprimera ministra del país. En una carta de renuncia enviada a primeras horas de la mañana, Freeland expresó su desacuerdo con varias de las decisiones económicas del primer ministro Justin Trudeau, así como discrepancias políticas con su gestión. Esta renuncia, inesperada tanto para Trudeau como para el Partido Liberal de Canadá, marcó un día de caos en el gobierno.
El primer ministro, quien había considerado a Freeland como su mano derecha durante años, reconoció en una rueda de prensa posterior que fue “un día difícil”. En un tono serio, Trudeau describió el evento como un “día agitado” y aseguró que, a pesar de la crisis, su compromiso con el Partido Liberal y con los canadienses seguía intacto. En una reunión de emergencia del grupo parlamentario del Partido Liberal, que se celebró esa misma noche, los diputados expresaron abiertamente su preocupación por la crisis interna, y varios pidieron la dimisión inmediata de Trudeau.
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El partido parece estar dividido, y aunque algunos diputados liberales manifestaron su apoyo a Trudeau, la tensión en el grupo parlamentario es palpable. De hecho, la dimisión de Freeland y la respuesta del primer ministro a la crisis han generado un clima de incertidumbre dentro del Partido Liberal, ya que algunos políticos cuestionan la capacidad de Trudeau para liderar el país frente a los desafíos actuales.
Tras la reunión, Trudeau se dirigió a un evento con donantes del Partido Liberal, donde reconoció la gravedad de la situación y agradeció el apoyo de los miembros de su partido, a quienes calificó como “el corazón latiente de este movimiento”. Sin embargo, el impacto de la dimisión de Freeland sigue pesando sobre el gobierno, especialmente cuando los opositores a Trudeau exigen su renuncia debido a la creciente impopularidad del primer ministro.
El descontento de los canadienses con el aumento del costo de vida, la falta de viviendas asequibles y el deterioro de los servicios sociales ha sido un factor clave en la caída en popularidad de Trudeau, lo que ha exacerbado la crisis política que enfrenta. Como respuesta a la dimisión de Freeland, Trudeau nombró a Dominic LeBlanc, ministro de Seguridad Pública, como el nuevo titular de la cartera de Finanzas, en un intento por estabilizar el gobierno y continuar con la gestión de los asuntos económicos del país.
Con la llegada de las vacaciones navideñas, el Parlamento canadiense se prepara para su última jornada de sesiones antes del receso, lo que podría permitir al gobierno ganar algo de tiempo para abordar la crisis interna que ha puesto en duda el futuro político de Trudeau.