Tamara Zuñiga Azcona fue atacada a cuchilladas en Pochutla, Oaxaca, tras retirar dinero de un cajero automático. Activistas señalan que se trató de un crimen de odio.
La madrugada del 13 de diciembre de 2024, Tamara Zuñiga Azcona, una enfermera muxe originaria de San Blas Atempa, Oaxaca, fue asesinada en un aparente robo en las cercanías del Hospital General de Pochutla, municipio costero de Oaxaca. La joven de 34 años, conocida por su vocación de servicio, había acudido a un cajero automático ubicado dentro del hospital para retirar dinero y, al salir, fue atacada por un hombre que la agredió con un arma blanca.
Según los informes de las autoridades locales, Tamara sufrió heridas profundas tras el ataque, que le ocasionaron la muerte, a pesar de ser llevada rápidamente al mismo hospital donde prestó servicio por años. A pesar de los esfuerzos médicos, su vida no pudo ser salvada.
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Tamara Zuñiga no solo era conocida por su trabajo como enfermera, sino también por su activa participación en la comunidad y su involucramiento en causas sociales. Durante años trabajó en el Hospital General de Pochutla, pero en el momento de su muerte, estaba laborando en el Hospital de Santos Reyes Nopala, una localidad cercana.
Amigos y colegas de Tamara se mostraron profundamente conmocionados por su trágica partida. Varias personas, entre ellas el activista zapoteca Humberto López Gómez, condenaron lo sucedido y lo calificaron de un crimen de odio, al sugerir que el ataque pudo estar motivado por su identidad de género. “Exigimos justicia para Tamara. Este crimen no puede quedar impune”, expresó Gómez en una publicación.
Por otro lado, Gerardo Martínez Vázquez, otro amigo cercano de Tamara, comentó sobre las condiciones de inseguridad en la zona, señalando que el Hospital General de Pochutla carece de iluminación y vigilancia, lo que facilita situaciones como la que terminó con la vida de la joven enfermera.
La noticia ha conmovido a diversos sectores de la sociedad, especialmente a la comunidad muxe, que lamenta la pérdida de una de sus miembros más queridos y comprometidos. En redes sociales, muchas personas han mostrado su apoyo a la familia Morales Pérez —los familiares directos de Tamara— y se han organizado para exigir a las autoridades una investigación exhaustiva sobre los hechos y para que se castigue a los responsables.
A pesar de los esfuerzos por encontrar al agresor, hasta el momento no se han dado detalles sobre posibles avances en la investigación. La policía local sigue buscando al responsable, pero aún no ha logrado dar con su paradero. La familia de Tamara espera que el caso no quede en el olvido y que su muerte no sea solo otro nombre más en la larga lista de crímenes de odio que afectan a la comunidad LGBTIQ+ en México.
El crimen ha generado una creciente alarma por la seguridad de las personas en comunidades más alejadas y rurales, como lo es Pochutla, que en ocasiones se sienten desprotegidas ante la falta de medidas adecuadas de seguridad y prevención de violencia.
Este asesinato no solo resalta la tragedia de perder a una persona ejemplar, sino también la urgente necesidad de que las autoridades de Oaxaca y México en general tomen acciones más efectivas para proteger a las comunidades vulnerables, como la comunidad muxe, y para garantizar que crímenes de odio como el de Tamara no queden impunes.
