El intercambio de ataques entre el empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego y la politóloga Denise Dresser en redes sociales,, desató una serie de acusaciones personales y económicas, todo en el contexto de las recientes dificultades financieras de Grupo Elektra.
Este 8 de diciembre de 2024, un intenso enfrentamiento en redes sociales entre el empresario Ricardo Salinas Pliego y la politóloga y académica Denise Dresser rápidamente acaparó la atención pública. Todo comenzó cuando Dresser, en una publicación en X (anteriormente Twitter), criticó a Salinas Pliego por la caída histórica de las acciones de Grupo Elektra, propiedad del empresario, que experimentaron una drástica disminución del 71% en su cotización en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). La politóloga no solo cuestionó la mala gestión de la empresa, sino que también abordó temas más amplios sobre las prácticas empresariales de Salinas, sugiriendo que sus manejos irregulares y su presión sobre funcionarios habían tenido un impacto negativo en la estabilidad de la compañía.
Dresser, con tono irónico, destacó que la caída de las acciones era un claro ejemplo de “karma” por los presuntos abusos cometidos por Salinas Pliego en el ámbito empresarial y político. En su tuit, mencionó, entre otras acusaciones, el presunto adeudo fiscal de Salinas y su controvertida suspensión en la plataforma de Twitter en 2022, debido a violaciones a las políticas de la red social. La crítica de Dresser fue inmediata y directa, lo que desató la furia del empresario.
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En respuesta, Salinas Pliego, conocido por su estilo irreverente y agresivo en las redes sociales, no tardó en lanzar una serie de ataques personales contra Dresser. En su mensaje, además de calificarla como “fracasada”, el empresario retomó el tema de la licuadora, mencionando de manera despectiva que Denise Dresser había adquirido un producto de su tienda, Elektra, a crédito y no lo había pagado. Salinas insinuó que ella era una “bruja” enojada por no haber sido reportada al buró de crédito por este supuesto adeudo, y usó el tema para lanzar comentarios sarcásticos sobre su vida privada, incluso refiriéndose a un episodio personal de Dresser relacionado con su intento de suicidio. Estos ataques intensificaron la controversia, generando una ola de reacciones en las redes sociales.
Lo que realmente llamó la atención de los usuarios fue la mención recurrente de la licuadora, un tema aparentemente trivial que Salinas utilizó como arma para denigrar a su interlocutora. El empresario mencionó que el supuesto adeudo por la licuadora de marca Oster era “obvio” y que, si Dresser deseaba saldar su deuda, podría ir a recogerla al SAT. El tuit de Salinas desató preguntas y comentarios entre los seguidores sobre el modelo y precio de la licuadora, pues las más caras en Elektra pueden superar los 5,600 pesos mexicanos.
El enfrentamiento no solo atrajo la atención por los ataques personales, sino que también trajo a la mesa cuestiones sobre las recientes dificultades financieras de Grupo Elektra. La caída de las acciones de la empresa es uno de los eventos más significativos para el conglomerado, que enfrenta una suspensión prolongada de la cotización de sus títulos debido a una investigación sobre un presunto fraude. Esto ha provocado una pérdida significativa de valor en la compañía, que ahora se encuentra con un valor de mercado de aproximadamente 2,300 millones de dólares, frente a los 75 mil millones de dólares que poseía antes de la crisis. Además, Salinas ha acusado a la Secretaría de Hacienda de causar “daños irreparables” al levantar la suspensión de las acciones de Elektra, lo que favoreció a un fondo de inversión que él considera una “organización criminal”.
Este complejo escenario financiero, combinado con las controversias personales en redes sociales, ha generado una gran división de opiniones entre los usuarios. Algunos defienden el estilo irreverente de Salinas, considerando que responde con contundencia ante las críticas, mientras que otros lo consideran excesivo y fuera de lugar. Por su parte, Dresser ha recibido apoyo por señalar las presuntas irregularidades de Salinas, aunque su tono confrontativo también ha sido objeto de críticas.
El enfrentamiento entre ambos personajes no solo ha tenido repercusiones en redes sociales, sino que también ha servido para poner de manifiesto las dificultades financieras de Grupo Elektra. En un intento por evitar mayores pérdidas y mantener el control sobre la empresa, el conglomerado ha convocado a una Asamblea General de Accionistas con el objetivo de discutir la posible privatización de la compañía, una medida que podría reestructurar su organización y minimizar su exposición pública en la Bolsa Mexicana de Valores.
Este incidente ha dejado claro que, aunque Salinas y Dresser operan en esferas muy diferentes, ambos están dispuestos a utilizar las redes sociales como una plataforma para confrontar y defender sus respectivos intereses. Sin embargo, las reacciones del público continúan siendo mixtas, mientras se esperan nuevas revelaciones sobre las consecuencias económicas y personales de este choque entre dos figuras prominentes de la política y los negocios en México.